Michelin, entre parches y conspiraciones

Es indiscutible que los neumáticos están teniendo demasiada importancia en MotoGP 2017.

Nacho González

Michelin, entre parches y conspiraciones
Michelin, entre parches y conspiraciones

Desde su retorno a MotoGP, la palabra Michelin ha sonado demasiado. Mucho más de lo conveniente. Para aficionados, ingenieros, mecánicos, pilotos y, sobre todo, para Michelin.

La explosión del neumático de Scott Redding encendió todas las alarmas. La buena noticia es que ese problema parece formar parte de la historia. La mala, que la empresa francesa parece enfrentarse a una hidra en la que cada solución produce nuevos y multiplicados problemas.

Durante el invierno anunciaron la desaparición del neumático intermedio, y poco después, junto a MotoGP, cambiaron el reglamento para 2017. Han pasado siete carreras y siguen siendo trending topic dentro del paddock.

Maverick Viñales aseguró haber recibido un mail al criticarles. Poco más de una semana después, decidieron volver a la carcasa de 2016 de cara a Mugello. En teoría, por votación popular. Tampoco ha surtido efecto. Una vez más, cortan una cabeza y salen tres más.

Cuando Michelin aceptó el reto de suceder a Bridgestone, no lo tenía nada fácil. La marca japonesa realizó un gran trabajo en MotoGP –con borrones como el grave accidente de Shinya Nakano-, y dejó el listón muy alto. Michelin no quiso conformarse con saltar ese listón, y decidió elevarlo unos cuantos metros.

Mientras Bridgestone se limitaba a hacer los mejores compuestos posibles pensando en el global de la temporada –tarea nada sencilla, dicho sea de paso-; Michelin ha querido ir un paso más allá, intentando encontrar los compuestos perfectos para cada circuito. Y en ese camino, no dejan contento a nadie. Porque de momento, no lo han conseguido.

Con el agravante de que la volatilidad de sus decisiones genera suspicacias en algunos pilotos. Tanto a micro abierto como a micro cerrado, más de uno se ha quejado de tanto de la idea de Michelin –pidiéndoles de forma más o menos velada que copien el modelo de trabajo de Bridgestone- como de la calidad de sus compuestos, para algunos demasiado variable.

De momento, Michelin se enroca en su idea de buscar la excelencia en cada circuito, una huida hacia adelante que está propiciando una serie de 'parches', que a su vez están poniendo en tela de juicio la legitimidad de los resultados de cada carrera. Porque a estas alturas, todo el mundo es consciente de que los neumáticos están teniendo una importancia capital en MotoGP 2017, mucho mayor de la deseada.

Eso sí. De hablar de parches a hacerlo de conspiración hay un abismo. Los murmullos de ‘mundial amañado’ y ‘teorías de la compensación’ tampoco ayudan. No conviene olvidar que Michelin es una marca de neumáticos muy reconocida, formada por trabajadores muy valiosos y profesionales y cuya credibilidad se ve sacudida cada vez que un piloto o mecánico menciona su nombre.

Su apuesta es arriesgada, y los parches que están poniendo para arreglar ciertos desaguisados están generando, justificadamente, un malestar que se agrava con el paso de las carreras y la falta de soluciones. Porque sí, es indiscutible: están siendo decisivos en MotoGP 2017.

Pero ni mucho menos es algo deliberado: no pretenden favorecer a uno u otro piloto. Podrán cometer un millón de fallos, pero el único compromiso de Michelin es con Michelin.