Aprilia presentó en la pasada edición del Salón de Milán su programa Factory Works para la Aprilia RSV4, el modelo estandarte de sus motos deportivas. Esta iniciativa permite al cliente tener al alcance la tecnología de Aprilia en competición al máximo nivel.
La marca de Noale ha desarrollado bajo el nombre Factory Works tres versiones con diferentes niveles de preparación, Stock, SBK y FW-GP, en los que la configuración de la moto se adapta a los reglamentos de Superstock, WSBK, y en el caso del máximo nivel se utiliza una moto prácticamente igual a las CRT de hace unas temporadas en MotoGP con válvulas neumáticas y más de 250 CV. Pero los usuarios de moto en circuito que quieran mejorar su moto con la experiencia del departamento de carreras también pueden comprar las piezas que les interesen por separado sin tener que llegar a dichos niveles.
RSV4 RF Factory Works un chasis de carreras
En su última versión de la RSV4 RF, presentada en 2017, se ha montado un nuevo cuadro de mandos, una electrónica más eficaz, y pinzas de freno Brembo M50 con ABS en curva.
A partir de este último modelo nos prepararon dos unidades Factory Works para una prueba exclusiva, que contaban con un depósito de gasolina más fino y ligero, tija aligerada, alerones aerodinámicos de fibra de carbono en el carenado, escape completo Akrapovic, culata preparada por el departamento de carreras, pistones de un solo segmento y un mapa específico en la centralita. Cuando llegamos al box, junto a las motos de los dos periodistas que íbamos a probarlas, había otras dos motos, una a para Loris Capirossi y otra con el nombre de Biaggi en la cúpula. Max, que ahora es embajador de la marca, volvía a rodar en circuito después de dos años desde su accidente.
La RSV4 te encaja como un guante si mides alrededor de 1,75 m, es como si te conectases a ella. Eso no ha cambiado en esta versión porque la base es la misma y aunque el depósito tiene paredes más finas, que consiguen un ahorro de peso de 1,5 kg, la ergonomía es igual. La instrumentación digital de la última versión ter permite leer de un vistazo el modo y las ayudas electrónicas elegidas: control de tracción, freno motor, antiwheelie, y control de lanzamiento. Todo se maneja desde la piña izquierda menos el mapa se cambia con el motor de arranque, como en la moto de serie.
En cuanto entras en la primera curva la RF parece querer comerse el interior de lo ágil que es, algo fundamental en un circuito tan rápido y exigente como este.
Se trata de un conjunto muy preciso y estable, que te hace sentir que sientes tienes el control. Muchos de los virajes de la pista italiana requieren que entres “largo" y luego cierres la trazada para salir acelerando por la trazada correcta y ahí esta RSV4 es excelente, mejor incluso que la moto de serie. Puedes rectificar y apoyarte en el tren delantero con una confianza ciega, aunque es cierto que esa sensación ya la conocen los que hayan llevado la moto sin preparación.
Uno de los extras que tenía montados nuestra unidad eran los alerones, que han sido diseñados específicamente en el túnel del viento para esta carrocería, con la experiencia de la marca en MotoGP. Desde luego que te llama la atención cuando los ves puesto y es una novedad poder rodar con ellos, en mi caso la primera vez que tenía la ocasión de hacerlo. Para ver las diferencias claramente hay que salir con y sin ellos, algo que no tuvimos ocasión de hacer, pero que sí hizo Capirossi con el que charlamos también sobre el tema: “He podido probar la moto con y sin alerones y con ellos tienes más aplomo en el tren delantero. Se nota en puntos como el final de recta y en la entrada de algunas curvas rápidas, donde está más apoyada. Mi moto que no los tiene se mueve un poco más al entrar a la recta acelerando a tope y también se levanta en el rasante antes de San Donato".
Aprilia RSV4 RF Factory Works de 215 CV
Viendo la base de partida, un V4 que ya declara 201 CV, y la preparación del motor, que lo lleva hasta los 215 CV, tenía la sensación de que esta Factory Works iba a ser una de esas motos con las que te tienes que pelear si le quieres sacar el cien por cien pero no ha sido así. La recomendación de la gente de los chicos de Aprilia para esta pista era el modo Race, con el control de tracción en la posición 3 y el freno de motor al 1.
La marca ha trabajado para que, al contrario de lo que se pueda parecer, la respuesta en circuito sea más progresiva, así el piloto puede abrir el acelerador sin poner en aprietos al tren trasero. Eso dicho en el box suena bien pero no es fácil acelerar con una moto de más de 200 CV desde una inclinación de 60º, un dato que puedes comprobar en el cuadro junto a la velocidad máxima, el tiempo en cada vuelta y la presión de frenado.
En la práctica es dulce en los primeros metros después del ápice de la curva, aunque si abres rápido el acelerador te das cuenta de que al mismo tiempo estás muy cerca del límite del agarre del neumático trasero. Lo bueno es que la electrónica ha evolucionado mucho en la última versión y su entrada en acción muchas veces es casi imperceptible. Una vez has empezado a levantar la moto y abres “gas a tope" la rueda delantera se despega ligeramente del suelo, gracias al acertado ajuste del antiwheelie, y sales hacia la siguiente curva como un cohete.
El motor estira mucho, hasta más allá de 14.000, sin mostrar ni una mínima inflexión hasta el corte de encendido. De hecho puedes llegar a cortar involuntariamente a pesar de que el cuadro de mandos se va iluminando a medida que te acercas a él. En conjunto la Aprilia RSV4 RF con esta preparación Factory Works es una moto potente pero muy equilibrada, incluso en esta configuración potenciada, lo que te permite explorar tus límites con más facilidad y disfrutar haciéndolo. La preparación que hemos utilizado en esta prueba tiene un coste de unos 15.000 euros, pero las piezas se pueden comprar por separado para hacerla al gusto de cada usuario.