Después de un buen puñado de kilómetros recorridos ya nos encontramos en la final donde las seis elegidas, F 800 R, R 1200 GS, ZZR1400, Versys 1000, Tiger Explorer y Speed Triple R, lucharán por demostrar su valía en las cumbres más altas. Resulta interesante comprobar que después de elegir 20 modelos de todos los segmentos y marcas, al final nos hemos quedado con dos BMW, dos Kawasaki y dos Triumph. Vamos pues, sin más dilación, a ver lo que da de sí la última y definitiva prueba.
La mañana del «día D» nos levantamos más temprano de lo habitual. No en vano, nos espera una larga jornada en la ruta planeada por Karsten Schwers que nos llevará, conociendo a los incansables alemanes, por un infierno de carreteras hasta el anochecer… Suerte que el tiempo es magnífico, si bien aquí cada día hay que mirar al cielo en busca de una tormenta fortuita. De todos modos, la jornada promete. ¡Vamos a disfrutar del día y probar en condiciones ideales!
Además del propio Karsten, los pilotos serán: Peter Mayer, también de Motorrad, Andrea Toumaniantz de Inmoto, Freddy Papunen de Motorrad Suecia, Thomas de Moto Journal, y el que esto escribe. Así que junto a Rocky, un «fotógrafo loco» como Freddy lo describió mientras vociferaba en el desayuno, arrancamos raudos hacia el primero de los cinco puertos de montaña, el de Larche. Cada uno de éstos irá marcando la eliminación de una de las finalistas, a través de los votos de los seis probadores… Y así será hasta que se decida la ganadora en el último y más alto de Europa, el «Col de la Bonnette».
Unos pocos kilómetros por carretera de fácil trazado, donde las seis participantes se comportan a la perfección, nos llevan hasta la base del primer puerto, muy sencillo y con solo unos cuantos «tornanti»; como sabrás, así denominan aquí a las curvas de 180º. Aunque el trazado es de gran sencillez y amplitud, hay que tener cierta agilidad para cerrar esos virajes y poder encarar las siguientes curvas con la moto en el sitio. Todas se dejan llevar sin muchos problemas, aunque ya se empiezan a notar ciertas diferencias entre ellas. Al llegar a la parte más alta cada uno de los pilotos tenemos claro cuál es la moto que nos abandona en primer lugar. Ha sido la mejor deportiva y tiene muchas virtudes, entre ellas la de ser la moto de serie más potente que ha pasado jamás por nuestro garaje: la ZZR 1400. Una «fast bike» diseñada para alcanzar los 300 km/h en un abrir y cerrar de ojos, el arma definitiva para viajar por autopista «sin mirar atrás». De modo que para plantarse en los Alpes, de donde quiera que vengas, es una opción interesante, pero una vez allí resulta una moto muy grande a la que le cuesta girar en curvas lentas. Notas que la rueda delantera se encuentra lejos y eso te resta algo de confianza comparándola, claro está, con sus rivales de hoy. La postura no es mala teniendo en cuenta su orientación, si bien carga bastante peso sobre las muñecas en las bajadas. Normalmente es algo que pasaría desapercibido pero aquí, después de una larga subida, viene una bajada de las mismas dimensiones y es ahí donde lo percibes. En cualquier caso el control de tracción es magnífico, independientemente del tipo de asfalto que estés pisando.
También merece mención especial el ABS, que aunque no tiene tanto tacto en la maneta como algunos sistemas europeos, es de gran ayuda cuando desaparece el agarre por alguna de las muchas «razones alpinas». El motor es muy progresivo y no parece que tenga la potencia que en realidad guarda para más arriba. El desarrollo del cambio, pensado como hemos dicho para volar bajo en vías rápidas, es bastante largo, de modo que hay que utilizar primera en muchos puntos. Aun así, su dulzura y la posibilidad de elegir entre los dos mapas, hacen que no tengas que conducir con estrés; éste aparecerá si intentas que la aguja de las revoluciones llegue a la línea roja. Da igual la marcha, los Alpes son demasiado pequeños para hacerlo… Bien es cierto que tener caballos no significa contar con la obligación de usarlos. Por su parte, las tres trail se han mostrado muy cómodas y fáciles para sus pilotos en estos primeros compases, mientras que las dos naked han sacado su lado juguetón en las primeras curvas. Tras unas fotos en el collado, ponemos rumbo al siguiente puerto, que todavía queda mucho…
Poco a poco vamos perdiendo por el camino algunas aspirantes al título. Así sucede con la F 800 R. Pequeña y manejable, sin embargo las suspensiones no dan la talla y su motor, en fuertes subidas, se queda un tanto atrás en relación al resto. Además, los estribos se sitúan un tanto elevados, por lo que al final de la jornada acabas un poco «arrugado» de piernas. La Speed Triple cae en el Col d’Izoard ahogada entre los baches que nos llevan al paisaje lunar justo al coronar. La postura es correcta, pero algo forzada con estribos altos y nula protección. El motor se muestra muy lleno y lo suficientemente potente como para poner en aprietos al amortiguador en baches en los que, por cierto, resulta muy fácil hacer saltar el ABS. Gira bien en los garrotes y es capaz de escaparse en tramos abiertos y conocidos. La docilidad del «tetra» de la Versys 1000 impone su ley. Siempre con ganas de empujar y dispuesta a que te cundan los metros más de lo que imaginas, sin embargo aparecen unas vibraciones inesperadas a 6.000 vueltas. Le cambia el carácter a medida que te acercas a la zona roja del cuentavueltas, mientras que el control de tracción es de los mejores de la prueba. Pero, ¿qué sucede si la usamos en ambientes hostiles para ella? Lo esperado: acaba cediendo terreno frente a otras trail «más trail».
Para ello subimos el puerto del Parpaillon por una pista de tierra de 10 kilómetros donde, para nuestra sorpresa, nos encontramos nieve a 2.650 metros de altitud. Dentro del túnel que atraviesa la montaña el firme estaba helado. Intentar salvarlo nos llevaría al desastre, de modo que desistimos. En el camino hasta aquí la Kawasaki Versys demuestra tener extraordinarias dotes como moto de carretera, con buenas suspensiones,control de tracción excelente como ya te he comentado y un gran motor montado en un chasis que le da agilidad, pese a lo que te sugiere su tamaño. El problema lo encontramos cuando pisa tierra y el firme se complica. Al final no tiene más remedio que ceder terreno frente a la Tiger Explorer y la BMW R 1200 GS, sin duda las dos grandes protagonistas de la final de este Alpen Master 2012 por méritos propios.
En la subida al puerto de la Bonette, el más alto de Europa, Triumph y BMW miden sus fuerzas a cara de perro. Comenzamos con las carencias, y es que en este ambiente sale a relucir lo básico de las suspensiones de la Tiger Explorer, demasiado blandas cuando el firme se descarna o te pasas con el gas y los frenos, descompensándose claramente. Por cierto, y ya que hablamos de aceleraciones, el cardan de la alemana sufre de forma especial abriendo sobre baches, si bien la agilidad de la GS puede ser definitiva a la hora de esquivarlos… Algo necesario si buscas avanzar lo suficiente como para que no se te escape la Tiger.
Lo cierto es que las limitaciones en la suspensión de la Triumph lo aprovecha la BMW sobre firmes irregulares, absorbiendo bastante mejor todo lo que se encuentra bajo sus ruedas. Más cerca una de otra se encuentran a la hora de medir sus frenos, que alcanzan un muy buen nivel sea cual sea la conducción que practiques, mientras que sus respectivos controles de tracción también las emparejan; en realidad, si he de ser sincero me ha convencido más el de la Versys, por no hablarte del de las deportivas… Pero llegar a este extremo sería ser demasiado injusto con las dos grandes maxitrail finalistas. Al parar y tener que maniobrar al empujón estas dos grandes motos, en todos los sentidos, se deja notar más torpeza con la GS, por no hablar de los rodillazos que te metes contra los cilindros del bóxer. La Triumph parece dejarse llevar algo mejor y, además, su pata de cabra no cae tanto como la de la BMW, lo que también es un punto a favor al ir a ponerla recta. Pero una vez en marcha todas estas complicaciones desaparecen, al menos en cierto modo, para surgir otros puntos que podrían mejorar, sobre todo en la alemana, como la forma que tiene la suspensión trasera de llevarte los baches más severos directamente a tu espalda o al trasero, aunque finalmente la Tiger Explorer se erige como la más completa de las dos finalistas.
El empate obtenido en la votación de todos los probadores ha evidenciado la igualdad de fuerzas entre ambas, obteniendo como resultado el final más apretado de la historia de esta prueba. Pero… aquí no buscamos empates, sino una ganadora, y ésta ha sido por muy, muy poco, la Triumph. El motor acaba mostrando mejores maneras que el bóxer, con un tacto exquisito, pocas vibraciones y mucha potencia tanto para divertirte como para rodar suave y fluido, mientras que en líneas generales hemos considerado a la Tiger Explorer más completa, moderna y adaptada a los tiempos que corren que la todavía correosa pero, en cierto modo veterana, R 1200 GS. ¿Se repetirá el año que viene un resultado tan apretado? ¿Aguantará la Tiger Explorer el acoso de la competencia? Desde ya mismo te digo que no le va a resultar fácil, en absoluto.