Comparativa final Alpen Master 2013

El sexto y último capítulo del Alpen Master 2013 se encuentra en tus manos. La gran final establece la ganadora de la prueba comparativa más dura de todas las que realizamos a lo largo del año. Veamos, pues, a las protagonistas en acción.

Óscar Pena

Comparativa final Alpen Master 2013
Comparativa final Alpen Master 2013

El despertador suena más pronto de lo habitual estos últimos días. Es casi noche cerrada en la pequeña localidad de Pietraporcio, y está a punto de amanecer la jornada de la final del Alpen Master. Para llegar hasta aquí hemos realizado cinco intensas comparativas, con 20 modelos diferentes e inéditos de los más variopintos segmentos. Así las cosas, las protagonistas de hoy van a ser: tres BMW (F 800 GT, R 1200 GS y HP4), dos Triumph (Street Triple R y Tiger Explorer), una Honda, la CB500X, y una KTM, la 1190 Adventure R. Entre ellas encontramos, por un lado, a las ganadoras, por méritos propios, de cada categoría. Y lo son como resultado de las sensaciones obtenidas por todas y cada una de ellas en la particular orografía alpina, sumado a las puntuaciones conseguidas en las más diversas mediciones (consumos, prestaciones, eslalon, frenada, etc.). Y por otro lado, están presentes las dos finalistas del pasado año, gracias a lo cual participan directamente en la final. Estas son la BMW R 1200 GS, que recordemos ha cambiado completamente en su versión 2013, y la Triumph Tiger Explorer, que permanece inalterada. Recorrer todo el trayecto (ver recuadro adjunto), más largo de lo habitual estas últimas jornadas, nos llevó todo el día y parte de la noche, pero nos permitió, a los siete probadores participantes, saborear en profundidad las siete monturas protogonistas del Alpen Master 2013. Y de este modo obtener una ganadora lo más «justa» posible. Como veréis más adelante, la decisión fue prácticamente unánime en lo que a la vencedora se refiere, si bien ya hubo mayor disparidad de criterios en las preferencias de cada cual para las siguientes clasificadas.

Los siete «jinetes» lo hicimos representando a los cinco diferentes medios europeos participantes este año en el Alpen Master.  Así, mis compañeros de viaje en la gran final fueron Eva Breutel, Gert Thöle y Karsten Schwers de Motorrad Alemania (todo sea dicho, organizador del evento); Lars Bosson de Motorrad Suecia, Francesco Gulinelli de InMoto Italia, y Kristijan Ticak de Motorevija Croacia. Y el que esto escribe, lo hizo, como es de imaginar, por parte de MOTOCICLISMO. Todos ellos tienen una enorme  experiencia sobre dos ruedas, y podéis conocer de primera mano sus opiniones de forma personalizada en las últimas páginas de la prueba en este mismo número. También el orden que cada uno ha asignado a cada moto según su criterio, base sobre la que se define la ganadora y el orden final. Así las cosas, partimos al alba, y a toda velocidad, camino del puerto de Lombarde, el primero en subir entre las múltiples cumbres alpinas...

Así se denominan los cerrados y angostos ángulos a noventa grados que conforman el camino en la base del puerto de Lombarda. Los «tornanti» son un verdadero suplicio para las motos de corte más deportivo, con motores que giran a altas revoluciones y con relaciones de cambio que tienen una primera velocidad muy larga. La todopoderosa BMW HP4 sufre aquí de lo lindo, y su piloto más, al acometer, prácticamente a velocidad de viandante, la entrada en los virajes. Además, se suma el inconveniente de no tener apenas un segundo de respiro entre curva y curva, por no hablar de las humedades que te vas encontrando al alba, o las poco discretas imperfecciones del asfalto. Así las cosas, menos potencia y un par entregado a las menores revoluciones posibles son la alternativa ideal a este trazado. Las bicilíndricas, pues, tienen ventaja, y si además se perciben ágiles y ligeras, mejor que mejor. Es por ello que aquí, la sencillísima Honda CB500X parezca la moto ideal, siendo capaz no solo de seguir el ritmo del resto de participantes, sino de destacarse de muchas de ellas. Pocos ambientes más le esperan a la más económica y accesible de las protagonistas de esta gran final donde poder brillar con luz propia.

Son precisamente las dos motos mencionadas, las más opuestas entre sí, las que ocupan los dos últimos lugares de la clasificación final. La BMW HP4 es insultantemente poderosa. Su motor arrasa y su parte ciclo sobre buen firme no tiene rival. Es un portento... Pero también es de largo la menos cómoda, la que peor lleva los tramos de asfalto irregular, la que cuenta con la menor capacidad de carga (junto con la Triumph Street Triple) y, en cierto modo, es la más irracional en el ambiente alpino. Es una moto nacida para correr, y el circuito cerrado es su hábitat natural. Y es que empuja tanto, es tan efectiva, explosiva e excitante, que al final, como bien apunta nuestro colega Karsten Schwers «te remuerde la conciencia de lo que haces con ella». 

Por su parte, la Honda CB500X, recordemos ganadora de la categoría de motos hasta 48 CV, es todo suavidad. Es una moto dura, para que te aguante mucho tiempo gastando poco, y es suficientemente confortable para hacer desplazamientos dignos. Si no le exiges demasiado, también se defiende, a su manera, en cualquier tramo. Simplemente has de ir siempre con ella «gas a fondo» cuando con el resto vas poco menos que disfrutando del paisaje y la conducción. No obstante nos sorprendió, y de que manera, en el puerto de la Cayolle, el peor asfaltado de todo el recorrido. Aquí sus suspensiones se lo «tragaban» todo, y en manos de un Gert Thöle, tan veterano como desmelenado en algunas ocasiones, demostró lo rápido que se puede llegar a ir con una sencilla parte ciclo y unos cuantos caballos. Mucho, os lo aseguro.

Empatada a puntos con la Honda CB500X se encuentra en la quinta posición final la Triumph Street Triple R. Personalmente la he puntuado muy por encima de esta posición, al igual que Lars Bossom (Motorrad Suecia). Su condición de moto «desnuda», y por tanto ausente de protección aerodinámica y contra las inclemencias meteorológicas, la carencia de asas para el pasajero, o lo limitado de su equipamiento opcional, que no incluye maletas ni bolsas laterales, la deslizan irremisiblemente hacia las últimas posiciones cuando se trata de hacer un viaje hasta los Alpes y a través de los Alpes... Ahora bien, eso no es óbice para que se haya portado de modo sobresaliente en prácticamente cualquier tramo de la ruta escogida para la final. Es increíblemente divertida, muy ligera, ágil y precisa, y rodar con ella a ritmos vivos es un «gustazo». Animado por el aullido de su tricilíndrico a máximas revoluciones, la potencia desplegada es la justa, ni más ni menos hace falta para disfrutar. Su motor tiene medios, bajos y altos, así que poco o nada tiene que criticar. En todo caso, su larga primera velocidad, tomada como el resto del conjunto de la Daytona 675, te limita en las zonas más viradas y lentas. También el tacto muy firme de sus suspensiones en las más rizadas. Pero nada más. Además, al ser naked, las sensaciones que proporciona parecen ser mayores a igualdad de ritmo, lo que redunda en la satisfacción durante la conducción deportiva y semideportiva. Y si quieres  ir disfrutando del paisaje se deja guiar con suma facilidad. Eso sí, si el frío aprieta o la lluvia cae, sufrirás más.

En mitad de la tabla clasificatoria nos topamos con la BMW F 800 GT. Dadas las particularidades del Alpen Master, esta «modesta» moto turística se impuso a las grandes GT o «Gran Turismo» contra las que se enfrentó en su particular comparativa. Y lo cierto es que su dinamismo, unido a un motor ciertamente potente, una posición de conducción relativamente activa y una efectivísima protección aerodinámica, dan en ella buenos frutos. Y de hecho ha sido la mejor clasificada de las siete finalistas tras las intocables maxitrail

En el rápido tramo entre la estación de ski de Isola 2000 (localizada a lomos del puerto de Lombarde en el lado francés), y hasta la base del puerto de Couillole, se aprecian claramente estas buenas características. Además, sobresale por su nobleza general incluso cuando la llevas más allá de sus límites, y equipada con ESA opcional (regula electrónicamente el amortiguador en función de la conducción), es efectiva y cómoda en multitud de circunstancias. En el lado menos favorable, los apartados a mejorar son, como ya comentamos en su momento,  la dosificación de la frenada (se viene un poquito abajo tras un descenso intenso de cualquiera de los puertos), y el índice de vibraciones del motor cuando la aguja del tacómetro se encuentra en el último tercio de su recorrido. Éstas llegan a ser molestas si circulas con el motor constantemente revolucionado. Sea como fuere, la BMW F 800 GT es una moto que goza de una excelente ergonomía y una manejabilidad en parado y a baja velocidad de la que carecen las tres motos mejor clasificadas, que juegan con otros argumentos a su favor para «subir al cajón» de nuestro particular podio.

Son las grandes triunfadoras de esta edición del Alpen Master, y razones hay muchas y de mucho peso. Y es que el salto evolutivo de este segmento en los últimos tiempos ha sido espectacular. 

La Triumph Tiger Explorer se alza con el tercer puesto, tras haberse impuesto, junto con la BMW R 1200 GS en su modelo 2012, el pasado año. Este retroceso se debe, fundamentalmente, a la puesta en escena de las KTM 1190 Adventure R y la nueva R 1200 GS, que en su versión 2013, es la que nos acompaña como es lógico en la final. Aún con todo, la británica ha sido una dignísima finalista. Dentro del concepto maxitrail, es la más «rutera» de las tres. Es amplia y muy confortable, de ergonomía perfecta, protección aerodinámica ejemplar, y capacidad de carga sobresaliente. Por no hablar de la suavidad de su propulsor triciclíndrico, y elevadas prestaciones al tiempo, o su excelente tacto general. Además, la Tiger Explorer viene muy bien equipada, con ABS y control de tracción de serie. Dos componentes muy cotizados y que trabajan a la perfección. El peso del conjunto es el mayor de todas las finalistas, y eso en parado se nota. Imposible de ocultar. Es su mayor desventaja, pero sin embargo, cuando comienzas a rodar, su resolutiva parte ciclo parece adelgazarla, y ofrece un equilibrio excelente. Solo está condicionado, en momentos puntuales, cuando realizas una conducción al ataque, por el tacto de la horquilla, a la que le cuesta dominar el peso en las frenadas más acusadas. 

La elegida por la mayoría de los probadores como segunda clasificada es la KTM 1190 Adventure R. Muchos os preguntareis por qué no ha venido en representación de la marca austriaca la Adventure estándar, más apropiada quizá para enfrentarse al resto de maxitrail por sus características. Pues no ha sido así porque nuestros colegas alemanes de Motorrad, que son quienes deciden las participantes, ya la han comparado en varias ocasiones contra la BMW R 1200 GS (como nosotros), y siempre se ha impuesto la moto alemana. Así que para el Alpen Master decidieron darle una oportunidad a la versión R, más «endurera», pero igualmente muy bien armada para el recorrido escogido. Y buena prueba de ello es que se impuso con claridad al resto de motos de corte trail y aventura de su correspondiente comparativa,y eso a pesar de tener en contra dos aspectos bastante apreciados a la hora pasar todo el día subido en una moto. Por un lado su enorme altura de asiento, y por otro su limitada protección aerodinámica. Aclarado esto, de la KTM nos quedamos con su impresionante  motor. Es ciertamente potente y contundente, con un tacto que te hace recordar al de la superbike de la marca de Mattighofen, la RC8. Además, está excelentemente asistido por varios modos de motor y un efectivo control de tracción, que te permiten explorar sus límites con soltura y determinación. Por otro lado, sus componentes de parte ciclo (frenos, suspensiones, bastidor tubular), son sensacionales en cuanto a su comportamiento y posibilidades de regulación. Obviamente, el mayor recorrido de sus suspensiones, o la llanta delantera de 21”, la hacen algo más inestable e imprecisa a muy alta velocidad. Pero sea como fuere, esta KTM es una verdadera máquina en los Alpes. El porqué no se ha impuesto en el Alpen Master 2013 solo es debido a que la nueva BMW R 1200 GS es absolutamente brillante.

Efectivamente, no tiene fisuras, es complicado criticarla. Dejando a un lado el precio de la moto que equipada hasta arriba (muchos de sus componentes son opcionales), es realmente elevado, la BMW R 1200 GS es la moto perfecta en los Alpes. Y es que aúna como ninguna el confort, la ergonomía y la capacidad de carga, con las sensaciones deportivas, el tacto de motor vigoroso, y una parte ciclo ágil e intuitiva. Incluso cuenta con una razonable manejabilidad para tratarse de una moto de su tamaño, gracias a su asiento regulable en altura y el amplio radio de giro de su ancho manillar. Por no hablar de su práctico y sencillo sistema de regulación en altura de la pantalla gracias al cual puedes manipular a través de un sencillo pomo sobre la marcha.

Supera en todo a su predecesora, no de manera ostensible, pero sí en todos y cada uno de los apartados que te puedas imaginar. El motor, ahora refrigerado por agua y con un nuevo cigüeñal que gira en sentido contrario al del eje primario para mitigar el clásico efecto de «bamboleo» al abrir gas, es más poderoso, vibra menos, y tiene un tacto excelente a cualquier régimen. También es sensiblemente más potente. Por otro lado, destaca su nuevo embrague multidisco en baño de aceite y antibloqueo que además de dejar un tacto de mantequilla en la maneta, logra una transferencia de la potencia perfecta. Y a todo esto se suma entre otras cosas un acelerador electrónico que amén de mejor tacto, abre las puertas de nuevos dispositivos como el «cruise control», los modos de conducción (Dynamic, Road, Rain, Enduro, y Enduro Pro), o el control de tracción. Todo ellos con un funcionamiento brillante en cualquier situación, y que se combinan con precisión con el sistema ESA de regulación electrónica de las suspensiones. En definitiva, una moto de ensueño para los más aventureros, que por unanimidad, es la vencedora del Alpen Master 2013