Comparativa: Honda VFR750R RC30 1988 y Aprilia RSV4 2012

En 1998 una Honda VFR750R RC30 ganó el primer título Mundial de Superbike y en la actualidad la reina es la Aprilia RSV4 Factory. Aquí está la historia de cómo han sido esos 25 años de evolución del V4.

Texto: Mark Forsyth. Adaptación: Sergio Romero. Fotos: MPIB

Comparativa: Honda VFR750R RC30 1988 y Aprilia RSV4 2012
Comparativa: Honda VFR750R RC30 1988 y Aprilia RSV4 2012

El tres de abril de 1988, Roger Burnett’s marcó la pole position sobre una Honda RC30 en la primera carrera de Superbike de la historia, disputada en Donington Park. El campeonato estaba pensado para mostrar al mundo las motos de producción, pero Honda fue un poco más allá creando una moto de carreras con luces y matrícula… Una moto espectacular aunque había que pagar un elevado precio por ella. Lo cierto es que no ganó en Doningnton, lo hizo Marco Lucchinelli con una Ducati 851, pero Fred Merkel se llevó el campeonato a lomos de su Honda V4 y lo hizo también el año siguiente. Así, las RC30 se convirtieron en leyenda y su precio se revaloriza constantemente. En los años siguientes, las bicilíndricas, con 250 cc de ventaja, dominaron el campeonato y Ducati se labró su propia leyenda. Honda abandonó las V4, cuando ya eran denominadas RC45, a favor de las bicilíndricas de 1.000 cc, con las que Edwards ganó el título en 2000 y en 2002. Los tetracilíndricos del ala dorada no volvieron a aparecer hasta que en 2003 se les permitió llegar a los 1.000 cc. No fue hasta 2010 cuando se produjo nuevamente el triunfo de un V4, el de Max Biaggi y su Aprilia RSV4 Factory, hazaña que repitió en 2012. Esta moto es la heredera del espíritu de la RC30 original: compacta, bien diseñada, exótica y cara, pero ¿cómo son comparadas? Para celebrar ese 25 aniversario las hemos llevado a dar una vuelta en Donington, donde nació SBK.

Hay cuatro grados centígrados en el pit-lane de Donington. Un cuarto de siglo después de su debut, la RC30 que estamos a punto de probar mantiene el ralentí (acabamos de quitar el starter), mientras emana un embriagador sonido que hace difícil tener una conversación a su lado. Una de las cosas que más llama la atención de esta moto en 2013 es la posición de conducción, es larga, espaciosa y sorprendentemente confortable, gracias a sus anchos semimanillares. Da la impresión de estar diseñada para gente de talla normal, como Joey Dunlop o Fred Merkel. Esta posición te invita a rodar hasta tierras lejanas, donde su autonomía de 200 km te parecerá insuficiente. ¡Deportiva cómoda! Creo que hemos estado dando pasos hacia atrás con las motos actuales. El motor es una joya también. Puede que solo rinda 112 CV en su versión de serie pero está bendecido con una elasticidad soberbia y con una enorme conexión entre el puño del gas y la rueda trasera, gracias a los carburadores Keihin de 35 mm. Honestamente, es como la mejor inyección electrónica. El V4 de Honda se despierta, cambiando totalmente su respuesta y sonido a 10.000 rpm, mientras vas en busca de su potencia máxima a 11.000. Y no se queda estancada en medio régimen. Esta RC30 te saca de la curva desde ralentí, con una inmaculada carburación que te hace sentir su progresiva escalada de potencia. A principios de los 90 las RC30 comenzaron a tener problemas en los circuitos, ya que su relativamente largo V4 a 90º no les permitía cargar suficiente peso delante. A cambio demostró su destreza y dominio en las road races, como la Isla de Man, gracias a atributos como la estabilidad, la flexibilidad y la agilidad. Baches, cambios de peralte, irregularidades, ahí brillaba la Honda y no hay mejor prueba en carretera que la Isla de Man, donde encabezó las tablas de tiempos durante mucho más tiempo del que debería haberlo hecho. El motor de la unidad de RC30 que nos han dejado se encuentra en perfecta forma, aunque en su parte ciclo se notan un poco más el paso de los años. A pesar de eso, es todavía una moto muy especial e igualmente atractiva. Un hecho que queda refrendado por su cotización, que se ha doblado desde que salió al mercado, así que habrá mucha gente ahí fuera que está de acuerdo con lo proporcionado de su diseño, su acertada pintura y gran personalidad.

La Aprilia es más como un territorio conocido. Ha pasado muy poco tiempo desde que probé la nueva RSV4 Factory 2013 en Estoril y puedo decir que en circuito es un arma sublime. No solo ayuda a cualquier piloto a ir más rápido, también es la manera en la que acelera, gira, frena y responde a cada orden que le das. Con 190 CV declarados, 80 más que la RC30, requiere concentración y forma física. Incluso cambiando rápido a quinta en la recta de atrás, la Aprilia intenta estampar su cuadro digital contra tu pantalla del casco, al pasar sobre el pequeño rasante donde la rueda trasera se levanta con la intención de adelantar a la delantera. Incluso en un día con unas condiciones meteorológicas mediocres la RSV4 te obliga a pilotar como si llevases un caballo de carreras, controlando con el cuerpo cada preciso movimiento de la moto italiana. Ir a por una vuelta rápida te mantiene ocupado, a ti y a tus brazos, piernas y cuello, pero a cambio recibes una sensación de precisión insólita. Buscando los límites en circuito la moto moderna supera en todos los apartados a la clásica, su capacidad para encontrar tracción justo en el ápice de la curva. En ese primer toque de gas «engancha» un poco antes que la Aprilia ¿será por su orden de encendido que le hace trabajar como un bicilíndrico? El caso es que tracciona muy bien. A medida que las curvas se abren y la velocidad aumenta, la Aprilia saca a relucir su potencial y se escapa, como al pasar por Hollywood, en la parte de arriba de las curvas Craner. Su motor con una carrera corta sube de vueltas con locura y estas secciones rápidas te permiten comprobarlo. Es fantástica la salida de Coppice, donde dejas una línea negra en el suelo mientras el control de tracción hace su trabajo. La RSV4 es más que un motor de 68 kg. Tan fascinante como el propio motor, es el modo en el que Aprilia ha compactado la moto alrededor de él o alrededor de Max Biaggi, según se mire. Toda ella es minúscula, como una Suzuki RGV 250. La RC30 a su lado parece una custom, larga y baja de atrás. Ésta es la dirección de las motos modernas y es que con pilotos pequeños como Márquez o Pedrosa a sus mandos las motos no parece que vayan a ser más grandes en un futuro próximo. Aunque en la práctica te ayuda a controlar la moto en pista.

La Aprilia es increíble, espiritualmente es la esencia de lo que era la RC30 hace 25 años. Una moto hecha a medida, completamente exótica y con un pedigrí de verdad. Es la cima del pensamiento de ir rápido, muy rápido, en un circuito. Mi garaje nunca estará completo sin una RSV4 Factory, y cuando me haga con una será sin matricular, con carenados de carreras y solo parar rodar en pista. Todas las veces que pueda… Pero si tuviese que quedarme con una para volver a casa sería la RC30. No hacen falta 190 CV, anticaballito o control de lanzamiento, para llegar a casa con una sonrisa dentro de casco. Para ese menester solo necesito una fantástica banda sonora, un poco de estabilidad, algo de comodidad, una porción de la hermosura de HRC y alrededor de 90 CV. 25 años de progreso en la ingeniería hacen que puedas tener las misma potencia en una CBR600F, pero no te harán sentir tan especial como lo hace una verdadera réplica de carreras…  

Honda RC30

  • Motor: 4 cil en V a 90º, 748 cc, 16 válvulas.
  • Carburadores Keihin CV de 35 mm.
  • Potencia: 112 CV a 11.000 rpm.
  • Peso: 185 kg.
  • Distancia entre ejes: 1.405 mm.
  • Freno del.: 2 discos Nissin de 310 mm y pinzas de 4 pistones.
  • Horquilla: Convencional 43 mm.
  • Altura asiento: 840 mm.
  • Vel. máxima: 252 km/h.
  • Ruedas: 120/70-17” / 170/60-18”.
  • Descripción: 70,0 x 48,6 mm son sus cotas internas. Distribución por engranajes. Bielas de titanio. Cero ayudas electrónicas para una potencia reducida. El tacto de carburadores hace emocionarse a los puretas. El monobrazo de Honda es toda una pieza de culto, diseñado para rápidos cambios de rueda. Un detalle de carreras es el alambre para sellar la tuerca del buje ¡de serie! Si obviamos el velocímetro y la llave de contacto, estamos ante un cockpit de carreras de los años 90.

Aprilia RSV4

  • Motor: 4 cil. en V a 65º, 999,6 cc, 16 válvulas. Inyección electrónica Weber-Marelli de 48 mm.
  • Potencia: 190 CV a 12.250 rpm.
  • Peso: 181 kg.
  • Distancia entre ejes: 1.420 mm.
  • Freno del.: 2 discos de 320 mm y pinzas radiales 4 pistones.
  • Horquilla: Invertida 43 mm.
  • Altura asiento: 845 mm.
  • Vel. máxima: 297 km/h.
  • Ruedas: 120/70-17” / 200/55-17”.
  • Descripción: La mínima expresión de un asiento. Si los comparas, el colín de la RC30 parece un baúl de repartidor de pizzas.
  • Basculante doble brazo de aluminio. Válvula de escape que reduce el nivel sonoro... pero incluso a ralentí, ya se nota que esta Aprilia es de carreras. Panel multifunción con toda la información que necesitas, incluidos los modos de gestión de motor. Con ella no precisas pizarra de tiempos.