Kawasaki Z1000SX, una moto naked deportiva con carenado

La Kawasaki Z1000SX deriva de una auténtica moto naked deportiva adaptada para un uso más polivalente.

Luis López.

Kawasaki Z1000SX, una moto naked deportiva con carenado
Kawasaki Z1000SX, una moto naked deportiva con carenado

La presentación de la última Kawasaki Z1000 fue toda una declaración de intenciones. La agresividad con la que se mostró a la prensa allí reunida la actualización de su maxinaked fue bestial… tan bestia como la pantera o el tigre en el que se habían inspirado para remodelar su imagen. El denominado carácter «sugomi» marcaba una nueva era en la que la imagen lo es todo, porque la moto en sí no ofrecía grandes aportaciones respecto a lo ya conocido.

Y aquí se cuela nuestra Kawasaki, porque la Kawasaki Z1000SX es una prolongación de anteriores Z bien provista de un carenado con pantalla regulable, un asiento para el pasajero más práctico y asas para él, todo ello integrado de forma armónica en el conjunto. En definitiva, una espectacular naked de fiero aspecto adaptada a un uso más polivalente.

Con todo ello, Kawasaki aunó dos mundos no del todo dispares, pero sí complementarios. La Kawasaki Z1000SX lo pone de manifiesto desde el principio, con una estética rompedora y un comportamiento en marcha algo radical, pero «suavizado» mediante una posición a los mandos relajada y una cúpula que te protegerá tanto como desees, en función de la altura que le otorgues.

De lo que no puede escapar es de su origen Kawasaki ZX-10R cuyo motor, aunque dulcificado hasta dejarlo en unos buenos 138 CV, mantiene la agresividad del primer golpe de gas; ese tacto inmediato que te lanza hacia atrás el casco y te obliga a agarrarte bien al manillar resulta divertido en carreteras viradas, pero no tanto en ambientes donde debes circular con dulzura. Las continuas aperturas y cierres de gas en ciudad no figuran en la lista de prioridades, aunque no es menos cierto que una vez te acostumbras a ello le ves el lado bueno: ¡esta moto tiene ganas de marcha!

La posición «high» de la cúpula es la más recomendable si decides aprovechar el motor agachándote sobre el depósito, aún a riesgo de encontrarte un poco raro. En realidad, al situarse éste un poco elevado, pronto te encontrarás en contacto con él, ofreciéndote una mayor sensación de control que, con su capacidad de aceleración, nunca lo agradecerás lo suficiente. Mientras tanto, la Kawasaki Z1000SX pisa fuerte con unas suspensiones cuyos ajustes no parecen estar adaptados a todo tipo de uso. Le sienta mejor una carretera de asfalto impecable y curvones rápidos.

En este ambiente, a los mandos de la Kawasaki Z1000SX te sientes poderoso, con el poder de cambiar el ritmo de tu vida con sólo girar el puño derecho. La retención del motor «verde» es suficiente como para cortar gas y trazar justo por donde quieres, pero si necesitas tirar de freno tal vez eches en falta una primera parte del recorrido con más mordiente. Los cambios de dirección exigen que te apliques sobre el manillar para acompañarla hacia dentro, aunque una vez en tu lugar sólo debes pensar en el momento de abrir gas, siempre teniendo en cuenta que la respuesta es algo ruda en función de la carga del motor.

Lo que sí es cierto es que, cuantos más kilómetros he hecho a sus mandos, más me ha gustado ese carácter y menos he pensado en las posibles molestias causadas. Bah, eso era al principio...

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