Suzuki GSX-S1000F, una moto sport turismo ligera y potente

Con la Suzuki GSX-S1000F, la marca japonesa apuesta por la deportividad en el segmento de las sport turismo.

Luis López. Fotos: Jaime de Diego

Suzuki GSX-S1000F, una moto sport turismo ligera y potente
Suzuki GSX-S1000F, una moto sport turismo ligera y potente

Mira que se hizo hecho esperar, ¿verdad? Pero por fin Suzuki se atrevió a lanzar una naked con el motor de la Suzuki GSX-R1000, aunque en realidad, de la que estamos hablando (y disfrutando) es de la Suzuki GSX-S1000F que conserva, tal y como sucedía con la Suzuki Bandit 650 y la Suzuki GSX-F650, el mismo manillar, así como el resto de ciclo y motor. Y digo bien, disfrutar, porque se trata de una excelente moto para todo. En cierto modo recuerda las formas de la Kawasaki Z1000SX, pero sin ser tan agresiva… excepto por el tacto del gas, cuya falta de dosificación en el primer tramo de apertura sigue arrastrándose desde la versión deportiva. Con todo ello, la progresividad del motor desde abajo consigue esa agradable sensación de confianza desde los primeros kilómetros que, apenas sin darte cuenta, te permite adaptarte a ella desde el principio.

Hay potencia suficiente para todo y para todos. Esta Suzuki GSX-S1000F arroja el peso más contenido de las principales motos sport turismo de 1000 y es además la más potente. Los 151 CV con los que ha movido nuestro banco Dynojet son nada menos que 6 más de los declarados, por lo que a la hora de roscar el gas esta Suzuki GSX-S1000F lleva la batuta con mano de hierro.

Lo cierto es que, como bien sabes, eso no lo es todo, y uno de los detalles que apenas se han cuidado, por no decir que se han pasado por alto, ha sido el pasajero: no tiene donde agarrarse y su espacio es mínimo, sobre todo si usas mochila. Por otra parte, la optimización de recursos queda patente en una moto en la que sus intermitentes se han incorporado «a martillazos». Son los mismos que los de la Suzuki GSR750, idénticos a los de las primeras Suzuki Bandit...

Todo sea por lograr un precio que no se «desmadre» demasiado, y en cierto modo así ha sido. Los 12.000 euros de la versión desnuda no parecen descabellados, mientras que esta Suzuki GSX-S1000F con ABS sobrepasa los 14.000 euros. Ahí queda eso. Lo cierto es que, una vez retirados de tu cuenta de ahorro, las sensaciones se trasladan de una simple cifra en la pantalla de tu ordenador a la carretera, donde la Suzuki GSX-S1000F te llevará de un lugar a otro disfrutando del recorrido.

La posición es, al menos para el piloto, muy correcta, con manos que caen sobre el manillar y estribos algo elevados, pero sin molestar la flexión de las rodillas. El asiento ofrece el espacio y mullido necesarios para moverte sobre ella cuando la carretera serpentea. Aquí, tal y como sucede con la Kawasaki Z1000SX, necesitas aplicarte sobre el manillar para contradireccionar, ya que cambiarla de dirección de forma rápida no es tan intuitivo como parece indicar su peso en orden de marcha. No se resiste, pero tampoco resulta ser muy directa. M

Mientras tanto, el motor te permite rodar a medio régimen incluso algo bajo de vueltas, ya que siempre dispondrás de un mínimo de potencia disponible. Siendo sincero, te diría que le gusta no bajar de la parte media del cuentavueltas digital si de verdad buscas diversión en tu tramo favorito. Los frenos, por su parte, no resultan tan directos en el primer toque de la maneta derecha. Necesitas apretar con ganas para detener la Suzuki GSX-S1000F, y lo conseguirás, seguro. La horquilla aguanta con entereza, aunque si abusas pecará de blanda, mientras que admite de buen grado rodar por carreteras donde el asfalto no es impecable. Una cosa por la otra.

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