¿Por qué el viaje a Cabo Norte en moto es una experiencia inolvidable?

El punto más septentrional de Europa es uno de los destinos fetiche para numerosos motoristas.

Imagen de Cabo Norte con el sol de medianoche. Fuente: iStock/Maakoora.
Imagen de Cabo Norte con el sol de medianoche. Fuente: iStock/Maakoora.

En el mundo hay rutas y destinos que llaman especialmente la atención a los motoristas, lugares que pasan al imaginario colectivo con cierto misticismo ya sea por su belleza, por lo que significan o por ambas cosas. El Cabo Norte es uno de ellos.

Son muchos los moteros que tienen entre ceja y ceja subirse a su moto y disfrutar del largo viaje hasta uno de los lugares más septentrionales de Europa, al menos el que más al norte se encuentra pudiendo llegar en un vehículo. Y no es de extrañar porque el periplo hasta esta zona de Noruega guarda inolvidables experiencias con el premio final de observar el sol de medianoche.

Razones por las que hacer un viaje a Cabo Norte

Al plantearse un viaje en moto de la magnitud de este no solo hay que ver los impedimentos e inconvenientes, sino que hay que centrarse sobre todo en todo lo que va a reportar, es decir, en las vivencias que guarda para quien se lanza a la carretera dispuesto a llegar a su destino.

Y no importa si el viaje se comienza en España o se prefiere hacer desde algún lugar más cercano, será un mano a mano con la carretera a lomos de la moto, notando cómo las temperaturas descienden día a día en el camino hacia el Círculo Polar Ártico.

En cuanto a las razones por las que viajar al Cabo Norte, por lo tanto, se podrían destacar las siguientes:

  • Porque supone un auténtico reto para cualquier motorista, tanto en kilómetros como en sensaciones.
  • Porque ayudará a conocerse mejor como conductor y a la propia moto. Y es que, por un lado, esta debe estar en perfectas condiciones para que no dé problemas en un recorrido tan largo; y por otro, se pone a prueba la capacidad para rodar grandes distancias un día tras otro sin que el cansancio haga mella en el motorista (y el acompañante, puesto que es común hacerlo en pareja).
  • Porque se cruza buena parte de Europa, teniendo la oportunidad de abandonar las autopistas y pasar por zonas tan bellas como la Selva Negra alemana, los lagos finlandeses o los fiordos noruegos.
  • Porque se recorren carreteras que transcurren por impresionantes parajes y que parecen hechas para rodar en moto.
Recorriendo en moto una carretera noruega. Fuente: iStock/mikolajn
Recorriendo en moto una carretera noruega. Fuente: iStock/mikolajn.
  • Porque durante el camino se conocerán otras culturas y se podrán compartir experiencias con personas de lo más variopintas. Y además no será extraño que cuanto más se acerque el final del camino, más motoristas compartirán sus experiencias
  • Porque no solo desde el monumento de la bola del mundo se puede observar un paisaje sin igual, el llamado sol de medianoche que no termina de ponerse, sino que además será el momento de enorgullecerse por haber logrado el objetivo. Y no importará que sea una zona bastante concurrida -son muchos los europeos que acuden al Cabo Norte, especialmente en los meses más calurosos del año pues son los más benignos- ya que es el logro lo que proporciona una especial satisfacción.

En definitiva, el viaje al Cabo norte es una experiencia para la que hay que prepararse bien, para la que es necesario ahorrar (solo los desplazamientos en en barco o los peajes suponen un elevado desembolso, y a eso hay que añadir el combustible y los alojamientos) y en la que es tan importante el destino como el camino hasta alcanzarlo.

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