Segunda mano: Triumph Tiger

La propuesta británica fue una de las primeras representantes de la actual tendencia de modelos polivalentes de imagen trail. Válidos para plantearse un gran viaje, salir a hacer curvas o utilizarla como imprescindible transporte diario.

Fotos: MPIB

Segunda mano: Triumph Tiger
Segunda mano: Triumph Tiger

Tras más de una década en el mercado, la Tiger 955 tuvo su relevo generacional en la 1050. Un modelo que desestima el aspecto off road, que se le presupone a los modelos de aspiración trail, para apostar por un concepto, tan actual, como es el de la polivalencia de uso, y que ofrecen la mayoría de los vigentes modelos. Algo que en la industria automovilística dan en llamar ''todo camino''.

Pero la apuesta de la marca británica fue plenamente asfáltica, para lo cual contaba con llantas de 17 pulgadas en ambos ejes y que albergaban neumáticos específicos de carretera y en las medidas habituales de los modelos de Supersport ¡con todo un «180» detrás! El bastidor de doble viga de aluminio y las pinzas de freno delanteras de anclaje radial, son otros de sus detalles que reflejan, claramente, la aspiración prestacional del modelo, y que hacen de ella un arma más que eficaz en cualquier puerto de montaña, por no decir circuito, en las habituales tandas libres.

La posición a los mandos resulta cómoda y dominante, gracias al habitual manillar ancho de este tipo de modelos, pero un tanto encajonados por la particular forma del asiento en la zona destinada al piloto, vistosamente hundido para poder dar cabida a una mayor cantidad de público, a pesar de tratarse de toda una maxitrail. Con unas suspensiones de generoso recorrido pero que resultaban poco firmes y que, ni siquiera, sus amplias posibilidades de regulación -en precarga, compresión y extensión- en ambos ejes paliaban tal defecto. Además de resultar, a la postre, el mayor de sus fiascos, con un amortiguador que claramente salió ''rana''.

Triple

Como en prácticamente todos los modelos fabricados en Hinckley es su propulsor tricilíndrico quien se lleva todo el protagonismo. Con ese sonido tan particular y desgarrado de estas mecánicas, y que cuanto más arriba se lleva más emoción trasmite.

Además de ofrecer un par motor superior al de sus rivales y desde prácticamente el régimen de ralentí, y con unos consumos muy contenidos, aun en ritmos totalmente desatendiendo tan importante aspecto. Que, en definitiva, reforzaban su cariz más viajero, además de por la buena protección aerodinámica.

Poca evolución tuvo el modelo, fruto del buen producto realizado de partida. Con una versión Tiger SE, que ahondaba en su vertiente turística, y la vigente Tiger Sport, un poco más prestacional si cabe.

Versiones

2007-2012 [ 1.050 cc | 115 CV | 198 kg ]
Precio: 4.900-9.200€
Modelo completamente inédito y que desestima totalmente la vertiente off road de las trail, como por ejemplo su antecesora Tiger 955. Toma el propulsor tricilíndrico de las, entonces actualizadas, Speed Triple y Sprint. Con bastidor de aluminio, comprometidas llantas de aleación de 17", pinzas de freno delanteras de anclaje radial y unas suspensiones con el recorrido habitual extendido de los modelos de aspiración trail.

2009-2012 [ 1.050 cc | 115 CV | 208 kg ]
Precio: 8.200-8.500€
Un par de temporadas más tarde, la marca británica propone una versión Special Edition, que refuerza su aspecto más turístico. Provista de maletas y protectores de manos de serie, así como, por fin, disponible, aunque como opción, el sistema de frenada con ABS. Unos colores específicos, en gris o naranja ''edición especial'', las diferenciaban de la primera generación.

2013-2015 [ 1.050 cc | 115 CV | 216 kg ]
Precio: 8.700-11.000€
La última actualización de la 1050 -coetánea de sus hermanas Tiger 800 y Tiger Explorer- adopta el nombre de Sport. Destacando su basculante monobrazo que aumenta la distancia entre ejes, un asiento 5 mm más bajo, refuerza el subchasis para aumentar la capacidad de carga, se incrementan las prestaciones del motor en 10 CV, así como la posibilidad de manipular la información del cuadro desde el puño izquierdo.

Usuario

El programa de mantenimiento recomienda la comprobación diaria -se entiende que antes de cada uso- de fugas de aceite en su circuito de refrigeración, la inspección de los racores del radiador y el motor será obligatoria. Habría que contar con un consumo extraordinario de aceite en motores con muchos kilómetros, en los que no se hayan repuesto los segmentos o las guías de válvulas al alcanzar su límite de vida útil. El consumo de combustible será muy parco.

Mantenimiento

300 km Lubricación cadena de transmisión.

800 km o mes En la primera revisión se sustituía el aceite de motor y su filtro, se comprobaban posibles fugas en los circuitos de combustible, refrigeración de aceite, líquido refrigerante, frenos, así como sus niveles y el estado de las pastillas de freno, ajuste en cables del acelerador y embrague, sistema eléctrico y luces, dirección, recorrido y posibles fugas en la horquilla, estado de los neumáticos y sus presiones, rodamientos de ruedas, tensión y lubricación de la cadena transmisión y desgaste de su patín, pata lateral, fijaciones, pernos del escape y exploración mediante la máquina de diagnosis de los códigos del inmovilizador y ABS. Mantenimientos a repetir cada año, a los primeros 10.000 km y luego ya cada 20.000.

10.000 km Comprobación de bujías, cuerpos del acelerador, sus mariposas. A comprobar cada 20.000 km.

20.000 km Sustitución de bujías y filtro de aire, comprobación y lubricación de bieletas de suspensión, sistema de inyección y holgura de válvulas.

Dos años Sustitución del líquido de frenos.

Tres años Sustitución del líquido refrigerante.

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