En plena conciencia medioambiental y de respeto al entorno natural cobra cada vez más importancia un elemento clave en una moto: es el catalizador que lo que hace es limpiar los gases nocivos que se emiten desde el tubo de escape de este vehículo de dos ruedas.
¿Cómo funciona?
Un sistema automático es el que se encarga de regular todo lo relativo al funcionamiento del catalizador de moto, ya que no necesita ningún recurso externo ni una fuente de alimentación o control para su puesta en marcha. El funcionamiento del catalizador lo que hace es alcanzar una temperatura adecuada, normalmente alrededor de unos 600 ºC para que no haya productos que lo contaminen en los gases de escape.
Lo que lleva a cabo el catalizador, por tanto, es poner en contacto a esa elevada temperatura algunos metales menos convencionales como son el platino, el rodio o el paladio con otros como el óxido de nitrógeno o el monóxido de carbono (CO). Así y de esta manera aparecen los radicales libres que, a su vez, facilitan que haya un intercambio de oxígeno entre el nitrógeno y el CO y, como consecuencia de esto, el primer elemento reduce su concentración mientras que el segundo se va oxidando. Toda una buena noticia en pro de buscar una mayor concienciación ambiental.
Un pequeño inconveniente
Este proceso de depuración, como se podría decir, tiene una pequeña pega asociada y es que resta algo de potencia al motor del vehículo por lo que algunos motoristas prefieren quitarlo. Es cierto que esta medida no es muy aconsejable sobre todo desde un punto de sostenibilidad (aparte que desde la Inspección Técnica de Vehículo se podría tener problemas a la hora de pasar la revisión), pero para algunos modelos de motos y sí se hace un viaje largo en carretera, esa potencia de más que se ha perdido también puede influir en que la conducción sea algo menos cómoda.
Para quitar el catalizador, si no se quiere recurrir a un servicio mecánico profesional, los pasos no revisten de mayor complicación. Así pues y una vez localizado este elemento (bajo el motor o detrás de la rueda trasera) lo que hay que hacer es desmontar el tubo de escape y desencajar el catalizador haciendo presión hacia afuera (con cuidado de no romperlo). A continuación, se retira el cilindro del mismo (el que se encarga de limpiar esos gases contaminantes emitidos por la moto) y se limpia el tubo de escape que se coloca de nuevo en su sitio.
Contaminación y motos
En la actualidad, en España hay registradas más de 5,5 millones de motos lo que supone algo más de un 15% del parque móvil total. Unas motos que en niveles de contaminación solo emiten el 0,9% del óxido de nitrógeno y el 3,7% de las partículas ya que en los últimos años se ha hecho una clara apuesta por la reducción de esas emisiones hasta el punto de que en el caso de los vehículos de dos ruedas esa bajada ha sido de más de un 90%.
Entre esas buenas medidas sostenibles está el hecho de que desde enero de este mismo año todas las motos que se comercializan cumplen la normativa de homologación Euro5 (en términos de mejora de ese respeto medioambiental), además de que las matriculaciones de modelos eléctricos se van incrementando con los meses (actualmente supone algo más de un 8% del total).
Buenos pasos en pro de mejorar no solo la movilidad en las grandes ciudades, sino reducir la contaminación en urbes y zonas más masificadas.
