En los meses de verano, el tema relativo a la refrigeración en una moto se antoja si cabe más importante que nunca. Sin embargo, este no es un parámetro único de las semanas en las que la temperatura del exterior se dispara. Cuando se habla de refrigeración en mecánica, este apartado se refiere al calor que se produce en el verdadero corazón de una moto ya que se trata de un proceso de combustión. Y esto es algo que no entiende de estaciones del año.
Es, por tanto, esencial y muy importante refrescar la parte del motor de una motocicleta para que este no vea condicionado y alterado su óptimo funcionamiento y evitar, de la misma forma, que sus componentes sufran un mayor desgaste de lo necesario.
Tipos de refrigeración
Y es que ese calor no es de unos pocos grados centígrados, sino que puede alcanzar temperaturas que rondan los 100ºC en función del tipo de motor que lleve ese modelo en concreto. Para reducir ese cifra, las motos cuentan con varios sistemas de refrigeración. Es el caso, por ejemplo, de aquel que funciona por medio del aceite y, por otro lado, el que se basa en el aire; además del enfriamiento que se realiza empleando agua, que es el más utilizado.
Refrigeración por aire y por aceite: diferencias
Una de las opciones para enfriar el motor de un vehículo de dos ruedas es aquella que emplea el aire para lograrlo. Una solución que resulta muy económica, a la par que sencilla y muy práctica. Eso sí, no se puede decir lo mismo en cuanto a que sea silencioso, ya que este tipo de refrigeración produce un ruido en ocasiones molesto para la persona que va conduciendo, además de ser menos eficiente pues la capacidad de enfriamiento depende de la velocidad de marcha.
Una forma de optimizar este sistema en mediante la refrigeración por aire forzado. El funcionamiento de este sistema se lleva a cabo a través de un ventilador que se encarga de recoger el viento que recibe el motor del exterior una vez que la moto está circulando y en movimiento. Lo que hace entonces esta solución con ese aire es enfriar toda la parte de las paredes tanto de los cilindros como de las culatas. Un sistema a todas luces muy sencillo y que sobre todo se observa en modelos de motocicletas de baja cilindrada y que tienen motores más pequeños que, por tanto, se enfrían más fácilmente por medio del aire.
Caso contrario a lo que sucede si la moto es de mayor envergadura y cilindrada, una de las diferencias entre ambos tipos de refrigeración, ya que necesita una solución de enfriamiento por aceite para que resulte eficaz. En este caso, el protagonista no es el aire sino el aceite lubricante que va por los conductos internos de la moto hasta llegar a la zona del radiador, donde el calo se disipa a través del aire. Precisamente, en este espacio es donde se mantiene a una temperatura adecuada y evita, así, que el motor se sobrecaliente y no funcione a pleno rendimiento.
La única pega cuando se habla de refrigeración por aceite, y a su vez otra diferencia en relación a la que se hace por aire, tiene que ver con su mayor exigencia a la hora de mantener este sistema. En todo momento, el motorista debe estar pendiente del nivel y estado en que se encuentra el aceite para cumplir esa función. Como es lógico, en un sistema de refrigeración por aire esto no es necesario.
