Cómo cambiar el líquido de frenos de la moto

El mantenimiento de los frenos requiere vigilar y cambiar cuando sea necesario el líquido.

Depósito del líquido de frenos junto a la maneta. Fuente: iStock/Jiggo_thekop
Depósito del líquido de frenos junto a la maneta. Fuente: iStock/Jiggo_thekop

El buen estado de los frenos resulta esencial para el buen funcionamiento de la moto, y, claro está, para la seguridad del conductor. Por ello, su mantenimiento es tan importante como pueda ser el de los neumáticos. 

¿Para qué sirve el líquido de frenos?

Los conductores novatos han de saber que este líquido es el que hace posible el movimiento del propio freno, ya que mediante la presión hidráulica que se realiza desde la bomba se traslada por el latiguillo hasta la pinza para que los pistones de ésta muevan las pastillas, que son las que “aprisionan” el disco y con ello se reduce la velocidad de la moto. Por lo tanto, que el líquido esté en perfecto estado será sinónimo de que los frenos funcionen óptimamente y el conductor maneje mejor los tiempos. De lo contrario, puede sentir un tacto poco fiable (de hecho, si ha entrado aire, se habla de un tacto “esponjoso”).

¿Cuándo cambiar el líquido de frenos?

El tiempo habitual para cambiar el líquido de frenos se sitúa entorno a los cuatro años, aunque puede ser necesario a los dos o a los cinco, dependiendo del modelo de motocicleta o el modo en que esta se conduce. Hay que tener en cuenta que no todos los pilotos abusan del freno de igual manera.

Cambiar el líquido de frenos

Esta acción la puede llevar a cabo cualquier motorista, en el sentido de que no es una operación compleja. Ahora bien, hay que tener en cuenta que se está trabajando sobre un sistema de seguridad tan vital como lo son los frenos. Por eso si alguien se considera poco capacitado para ello o no tiene toda la confianza, siempre podrá visitar un taller para que un especialista se encargue. Si no fuera así, el propietario novato de la moto debe seguir los siguientes pasos.

  • La moto debe estar situada sobre un caballete o un apoyo para que no pierda el equilibrio y termine en el suelo.
  • A continuación hay que desatornillar la tapa del depósito donde se alberga el líquido de frenos. A veces está integrada en la propia bomba de freno, y otras separada.
  • También se quita el tornillo de la válvula de drenaje, con la lógica precaución de haber puesto antes un tubo para conducir el líquido hacia un recipiente de reciclado. Esto es importante, porque el líquido de frenos es un fluido especialmente corrosivo.
  • Se drena esa parte con una manguera que extraiga el líquido existente. Para ello es posible ayudarse accionando la maneta.
  • Cuando el compartimento está casi vacío (no del todo) es el momento de echar el líquido nuevo cuidando que no entre aire, ya que eso resultará perjudicial para el tacto del que hemos hablado anteriormente. 
  • Cuando solo queda líquido nuevo, es el momento de cerrar la válvula y terminar de rellenar hasta donde se considere oportuno o, mejor, hasta donde el fabricante de la moto indique.
  • Acto seguido es recomendable hacer un proceso de purgado o sangrado, que consiste en eliminar las posible burbujas de aire que hayan podido entrar en el circuito. Para agilizar la tarea, se puede empezar por aflojar los tornillos del latiguillo, para luego accionar la maneta o el pedal y, sin soltarlos, volver a apretar el latiguillo. A continuación se acomete el sangrado fino, mediante el purgador específico, situado en la pinza de freno. El proceso es el mismo: accionar la maneta o el pedal, manteniendo la presión al mismo tiempo que aflojamos ligeramente el purgador, para que salga el aire, y sin soltar la maneta todavía, cerramos el purgador. A continuación bombeamos el circuito pulsando repetidas veces la maneta, vigilando que siempre haya suficiente líquido de frenos en la bomba. Repetimos la operación las veces que haga falta hasta notar que la maneta tiene la presión adecuada.
Depósito del líquido de frenos. Fuente: iStock/Sritakoset
Depósito del líquido de frenos. Fuente: iStock/Sritakoset.

Tipos de líquidos de frenos

Es posible que al ir a comprar líquido de frenos surjan dudas sobre cuál es el idóneo. En este caso hay que apuntar que hay diversos tipos:

  • DOT3, cuyo punto de ebullición es de 205 grados.
  • DOT4, con un punto de ebullición de 230 grados (es el más habitual en las motos y de los frenos ABS).
  • DOT5.1, con un punto de 260 grados.
  • DOT5. Este solo se utiliza en competición y va desde los 40 grados bajo cero hasta los 260 grados. Además, no se puede mezclar con los anteriores.

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