Principio clave cuando uno aprende a conducir en moto: la mirada es esencial; sobre todo mantenerla bien atenta. Sin embargo como en todo, no basta solo con ver. La mirada se puede y se debe entrenar para conseguir ser un buen motorista y conducir con total seguridad. Esto es, saber qué vehículos están alrededor, la velocidad a la que se conduce, cómo está el firme de la carretera o los imprevistos que puedan surgir en la carretera.
La importancia de la vista
No es lo mismo ver que mirar, por eso la primera recomendación para aprender a mirar con confianza es no perder nunca de vista lo que sucede en el punto más lejano cuando se va en moto. Tan necesario es estar pendiente de lo que pasa justo delante como de lo que pueda venir unos metros más adelante (por ejemplo, un socavón en la carretera).
En este caso, lo bueno de ir en moto es que la perspectiva que se tiene desde los ojos es más elevada que la de una persona que va en su coche. Es una buena idea, por tanto, aprovechar esa ventaja y mirar mucho más allá si se da el caso de que hay varios automóviles delante de la motocicleta.
Todo controlado
No es que los ojos actúen como si fueran una cámara con la posibilidad de hacer un barrido de 360º, pero casi. Gracias a la mirada periférica que se puede desarrollar encima de una moto, un motorista puede ver todo aquello que le rodea y tener una visión mucho más amplia sin apenas mover la cabeza.

El circular por la ciudad, con más cantidad de elementos en el tráfico y más estímulos (o posibles distracciones) hace que sea mucho más sencillo entrenar y llegar a dominar con soltura esta mirada tan completa. Una mirada periférica a la que ayuda mucho el usar debidamente los espejos retrovisores para saber en todo momento qué está pasando (incluso a la espalda del motorista). La clave está en anticiparse a todo lo que pueda suceder alrededor de una moto y que pueda poner en peligro la integridad del conductor.
Cuidado con la velocidad
De nada sirve aprender a mirar de forma correcta en moto si la velocidad es excesiva ya que esta la pone en un serio aprieto. Y es que cuanto más rápido vaya uno, menos visión (sobre todo periférica) tendrá. Es tal la información que llega a la mente en esa fracción de segundo que no es capaz de mantener la atención en todo momento.
De ahí que sea importante circular a una velocidad adecuada para no perderse nada en la carretera; de lo contrario puede que suceda algo e instintivamente la moto se lleve hacia el lugar al que se apunta con la vista. Por ejemplo, si de repente se cruza un coche y no se reacciona a tiempo, si se sigue mirando ese vehículo será raro si la moto no choca contra él.
Algunos consejos extra
Además de las recomendaciones antes apuntadas, no viene del todo mal contar con unos consejos más para mirar con seguridad cuando uno va en motocicleta. Así pues, crucial ir con gafas o lentillas que estén bien graduadas, nada de pantallas de cascos sucias o con arañazos, no dejar que la mirada se relaje y se quede mirando al mismo punto siempre, tener cuidado con algunos medicamentos que pueden producir somnolencia cuando se pilota y hacer las paradas necesarias si uno está cansado o le pican los ojos.
Por último, conviene tener especial precaución con los deslumbramientos provocados por el sol o por las luces de otro vehículo sobre todo por la noche. Para evitar esa situación de peligro, uno debe dejar de mirar fijamente a esa luz y dirigir la mirada hacia un punto de la carretera o arcén durante unos segundos para evitar que la moto se salga de la carretera.