El argentino Kevin Benavides ha conquistado el Dakar 2021, cinco años después de su impresionante debut en la prueba, para hacer historia para su país y su subcontinente, recorriendo un camino lleno de dunas hasta llegar a lo más alto del raid más popular del mundo.
Hay que volver a enero de 2016 para el estreno dakariano del salteño, en una edición que ya presuponía un cambio de ciclo con la ausencia de los dominadores Marc Coma y Cyril Despres, y que con el paso de los años se ha traducido en un punto de inflexión: fue el año de la victoria de Toby Price –el piloto más laureado desde entonces- y del debut de los dos pilotos que han cambiado la relación de fuerzas de la prueba: el estadounidense Ricky Brabec, ganador el pasado 2020, y el argentino Kevin Benavides, que se ha impuesto en este 2021.
Como tantos otros, Kevin Benavides empezó con el enduro, donde llegó a ser cuarto en el mundial junior de 2012 tras haber dado el salto a Europa, no sin haberse licenciado previamente en Administración de Empresas. Y en los primeros meses de 2015 sintió que era el momento de cambiar el enduro por el rally.

Aunque llegó a hablar con KTM, Honda llevaba tiempo tentándole y con el Honda South America Rally Team se presentó en la línea de salida del Desafío Ruta 40, que acabó por los suelos, desquitándose con una victoria en el Desafío Guaraní, otra prueba de preparación al Dakar. Un rendimiento que le valió la llamada para unirse al Team HRC en el Rally de Marruecos para debutar en el Mundial de Rallies Cross-Country sustituyendo al galo Michael Metge.
Benavides llegaba para aprender y finalizó en una increíble cuarta posición antes de debutar en el Dakar en 2016, de vuelta al Honda South America Rally Team. En la tercera etapa ya sorprendió llevándose el triunfo parcial (tras una penalización a Joan Barreda), y de ahí al final fue segundo en otras tres etapas para acabar cuarto en la general final a seis minutos del podio que cerró el chileno Pablo Quintanilla.
Benavides no solo había dado a Argentina su primer triunfo de etapa en el Dakar, sino que ponía a su país en la lucha por ser la principal potencia sudamericana, que hasta entonces había sido Chile sin ninguna discusión. Ese mismo año consiguió la victoria en el Desafío Ruta 40 y su primer podio en el Mundial de Rallies Cross-Country al ser tercero en el Rally de Atacama.

Ya contratado por HRC, faltaban solo dos semanas para el Dakar 2017 cuando tuvo que renunciar por una fractura en la mano. Un año que empezó de la peor forma pero que sería el de su consolidación en la élite de la modalidad con un segundo puesto en Atacama, su primer triunfo mundialista al repetir victoria en el Desafío Ruta 40 que entró ese año al calendario mundialista y el segundo puesto en Marruecos para acabar subcampeón del mundo a tres puntos de Quintanilla.
En aquellos momentos, Quintanilla era la gran baza sudamericana a ganar el Dakar… hasta la edición de 2018. En su segundo intento, en el que volvió a ganar una etapa, solamente Matthias Walkner acabó por delante, logrando el primer podio argentino, el mejor resultado sudamericano e igualando el mejor resultado de toda América: el segundo puesto del estadounidense Danny Laporte en 1992.
Con la inercia del Dakar fue tercero en el Abu Dhabi Desert Challenge y se impuso en Atacama para ponerse colíder del Mundial, pero dos abandonos en Ruta 40 y Marruecos le impidieron disputar el título. Sería el preludio de un Dakar 2019 donde sus opciones se acabaron en la séptima etapa, donde fue sancionado con tres horas por llevar notas extra, acabando duodécimo. Dos meses después le retiraron la sanción y subió a la quinta plaza.

Tras ser tercero en el Mundial de 2019, en el Dakar 2020 volvió a vivir la cruz de la carrera, esta vez por problemas mecánicos: el motor de su Honda se rompió y cedió tres horas y media cuando iba tercero en la general liderada por su compañero Ricky Brabec, que acabaría siendo el ganador. Benavides terminó 19º.
Un año después, y sin haber podido apenas competir más allá del Rally de Andalucía, que ganó con claridad para demostrar que llegaba en plena forma al Dakar 2021, donde comenzó inmerso en la vorágine de acabar un día delante y pagarlo al siguiente, logrando ganar la quinta etapa. Un vaivén que le tenía metido de lleno en la lucha por la victoria final, para la que cada día quedaban menos contendientes.
Con su victoria en la novena etapa se situó segundo gracias al abandono de Toby Price, solo por detrás de Nacho Cornejo en un momento en el que Honda soñaba con meter a todos sus pilotos en el top 4. Sin embargo, Cornejo falló y Benavides heredó el liderato al acabar tercero en la décima etapa. Ya no lo soltaría al final: repitió la tercera posición en la penúltima etapa y fue segundo en la última para convertirse en el ganador del Dakar 2021.

Han tenido que pasar cinco años y cinco participaciones desde aquel 2016 en el que maravilló con su talento desde el primer día. Ha tenido que irse de su continente a Arabia Saudí. Ha tenido que perderse el Dakar por lesión. Ha visto cómo se escapaba toda opción por una penalización. Ha tenido que ver cómo su moto le dejaba tirado.
En definitiva, ha vivido prácticamente todos los contratiempos que pueden impedir que un piloto candidato gane el Dakar. En una prueba tan dura y con tantos pilotos de nivel es frecuente que esas cosas sucedan, y no hay una fórmula mágica para evitarlas.
Por eso, la única fórmula para ganar el Dakar es mantener siempre la constancia, llegar siempre preparado, ser lo más rápido posible sin perder la concentración y confiar en esa pizca de suerte que siempre es necesaria.

Una suerte que Kevin Benavides ha buscado sin descanso durante el último lustro -en el que ha acabado siempre en el top 5 salvo cuando rompió el motor- y que era el único ingrediente que le faltaba para conseguir llegar a lo alto del Dakar y hacer historia para Argentina y toda Sudamérica. A partir de ahora pueden pasar muchas cosas, pero con su talento y su constancia cuesta pensar que su primer Dakar vaya a ser el último.