Uno de los nombres más importantes del Campeonato Mundial de Motociclismo de las últimas tres décadas ha sido Alberto Puig, un piloto muy prometedor que vio truncada su carrera después de un grave accidente. Y sin embargo, su presencia en el paddock ocupando diversos puestos ha sido de tal relevancia que nadie concibe la historia de MotoGP sin él.
Trayectoria como piloto
Lo más destacado de este barcelonés nacido en enero de 1967 es que no pasó por las categorías menores del mundial, entrando directamente en 250cc. Esto no ha sido muy habitual en nuestro motociclismo, con lo que ya desde los comienzos, Puig siguió un camino diferente.
Su debut se produjo en el año 1987 sobre una Rieju con la que logró como mejor resultado un undécimo puesto en el GP de Francia. Su buen hacer se tradujo en que en 1988 ganó el Campeonato de España de 250cc y comenzó a pilotar una Honda no oficial en el Mundial.
En 250cc corrió cinco años más, siendo su mejor temporada la de 1992, cuando consiguió el sexto puesto en el campeonato pilotando una Aprilia (logró como mejor resultado un segundo lugar en el GP de Malasia).
En 1994 pasó a 500cc, en un tiempo en el que había muy pocos pilotos españoles en la categoría reina. Y fue en ella donde su nombre sonó con más fuerza, siempre corriendo para Honda. Sin embargo, la mala suerte se cebó con Puig. En su primera temporada, en pleno dominio de Mick Doohan, consiguió el quinto lugar del campeonato, lo que le llevó a empezar en 1995 con las expectativas muy altas. Tanto fue así que logró la victoria en el GP de Jerez, a lo que sumó dos podios. Sin embargo, en el GP de Francia disputado en Le Mans, el destino le jugó una mala pasada y tuvo un accidente en el que se rompió la pierna. Esto provocó que en las dos temporadas posteriores no lograra alcanzar el nivel que tenía. Y eso provocó que se retirara a los 30 años.

Puig después de retirarse
Sin embargo, su labor en el motociclismo no había llegado a su fin. Alberto Puig se convirtió en mentor de algunos de los mejores pilotos que han corrido en el Mundial, como ha sido el caso de Casey Stoner, Toni Elías y, sobre todo, Dani Pedrosa, de quien fue manager durante mucho tiempo.
Poco a poco Puig se fue convirtiendo en una figura clave en el devenir del campeonato, llegando a lograr algo que nunca ha conseguido ningún otro piloto: formar parte de la cúpula directiva de un equipo de MotoGP; en este caso del Repsol Honda Team (por supuesto, no se incluyen en este logro los pilotos que crearon sus propias escuderías). Y es que desde 2018 dirige el equipo que más logros ha conseguido en la última década gracias sobre todo a la presencia de Marc Márquez, quien ha sumado ya seis mundiales en la máxima categoría.
Actualmente Puig tiene el gigantesco reto de devolver a Honda al camino del triunfo, después de un par de temporadas en las que está por detrás de sus rivales. El tiempo dirá si lo consigue… con la ayuda inestimable de Márquez, claro está.