De maestra a piloto de motociclismo. La vida de esta mujer dio un giro de 360 grados en la década de los 50 cuando su nombre empezó a oirse con fuerza en los circuitos de velocidad. Un nombre que para siempre estará unido a las dos ruedas. Se trata de la alemana Anke Eve Goldmann, una mujer que dio todo un ejemplo en la época desafiando los convencionalismos que entonces había. Una mujer que para siempre será recordada enfundada en su traje negro encima de una moto; de hecho fue la primera en hacerlo gracias a esta prenda de una sola pieza que fue confeccionada para ella por el fabricante alemán Harro.
La gran dama de las motos
Pese a que su trabajo era el de profesora de idiomas (enseñó alemán a los hijos de los aviadores en una base de la Fuerza Aérea de los EE.UU. en Alemania), el mundo del motociclismo no le era del todo ajeno a esta piloto que compaginaba su profesión diaria con la de cubrir competiciones y carreras de motos como periodista enfocada a este deporte. Precisamente la alemana, que medía casi 2 metros de estatura, era muy reconocida y avalada en este papel por parte de revistas del sector como Cycle World o Das Motorrad.
Fue en los años 50 cuando tomó la decisión de pasarse al otro lado de las pistas de velocidad y querer competir como motociclista en diversas pruebas de resistencia de más alto nivel (ya lo hacía en ligas inferiores) que tenían lugar entonces en circuitos tan conocidos como los de Nürburgring y Hockenheim. Pese a todo, los prejuicios sociales de entonces le impidieron tomar la salida en esas carreras solo por el mero hecho de ser mujer.

Su lucha por las mujeres
Esto no detuvo a una piloto a la que era fácil ver subida a algunas de sus motos míticas como la BMW R67/3 o una M.V. Augusta 750 DOHC y que durante años luchó por conseguir que la mujer tuviera las mismas oportunidades que un hombre encima de una motocicleta. Así fue como en el año 1958 fundó la Asociación Internacional de Motociclistas Femeninas de Europa para animar a todas las féminas que quisiesen a seguir con su sueño de disfrutar de la velocidad y las dos ruedas.
Tan destacado fue el activismo que Anke Eve Goldmann durante estos años en pro de los derechos de las mujeres en este deporte que su figura sirvió de inspiración para algún que otro libro y película. Es el caso del personaje de Rebecca del libro La motocicleta de André Pieyre de Mandiargues que posteriormente fue llevado a gran pantalla en el largometraje de título La chica de la motocicleta.
Sin embargo, a la alemana aparecer de esta manera tan mediática no le gustaba mucho. Esto, unido al fallecimiento de un íntimo amigo fue suficiente para que la ex piloto decidiera retirarse del mundo del motociclismo en el año 1970 de manera profesional. Dejaba tras de sí una estela que marcaría el camino para muchas compañeras que, como ella, querían disfrutar de este deporte sin verse sometidas a la presión social.