En ocasiones, en el mundo del arte el nombre de la obra es mucho más conocido que el del autor. Esto mismo sucede en el motociclismo, ya que hay ingenieros y diseñadores que apenas son conocidos cuando han sido los creadores de auténticas maravillas mecánicas que han dejado boquiabiertos a miles de conductores en todo el mundo. Pues bien, no cabe duda de que Soichiro Irimajiri es uno de esos nombres que merecen ser recordados.
Suyo fue el diseño de una de las mejores motos que Honda ha fabricado en su historia, la impresionante seis cilindros en línea CBX 1000.
Pero ¿quién es Shōichirō Irimajiri?
Antes de analizar su “obra”, centrémonos en la figura de este ingeniero y empresario japonés nacido en 1940. Después de licenciarse con el título de Ingeniero Aeronáutico en la Universidad de Tokio, Irimajiri trabajó para Honda durante 20 años. En ese tiempo no solo se empapó de las últimas tecnologías de la marca para su creación culmen, sino que también se encargó del diseño de los motores de Fórmula 1. Su buen hacer le llevó a ser nombrado Presidente de Honda of América, territorio donde la marca quería consolidarse por ser el mercado más importante del mundo.
En 1992 tuvo un problema de salud en el corazón que le hizo abandonar su actividad y después cambió radicalmente de sector, ya que fichó por Sega Corporation, cuyo presidente en 1998 era Hayao Hakayama, buen amigo de Irimajiri. No tardó en ser nombrado vicepresidente de la compañía e impulsar la recuperación de una marca que había perdido fuelle en el sector de los videojuegos.

La Honda CBX 1000, su canto de sirena
Pero si por algo será recordado este ingeniero japonés en el mundo motero será por haber desarrollado la Honda CBX 1000, una impresionante moto que aún a día de hoy resulta espectacular conducir.
Basándose en el motor de seis cilindros que Honda empleaba en el Campeonato Mundial (y que llevó a la marca alada a conseguir importantes victorias en la década de los '60, época en la que Irimajiri inició su andadura en la compañía), creó uno de los modelos más celebrados en el año 1978.
La Honda CBX 1000 llegaba a los 100 CV y su motor alcanzaba las 9.000 rpm. Asimismo, montaba seis cilindros paralelos (espectaculares a simple vista) que estaban inclinados 30º y que incluían cuatro válvulas cada uno y doble árbol de levas en cabeza. Su transmisión era por cadena y contaba con cinco velocidades.
“La CBX permite unas inclinaciones de escándalo. La sorprendente manejabilidad de la Honda hace que sea un verdadero disfrute circular con ella por carreteras reviradas. Una vez en marcha parece como si esta hexacilíndrica en línea perdiese una parte de su peso”, publicábamos en 2014 después de una comparativa de motos con seis cilindros.

El fin de la CBX 1000
Sin embargo, no duró demasiado la producción de esta motocicleta que vendió nada más y nada menos que 40.000 unidades, una cifra significativa para una auténtica superbike. La razón de parar su producción en 1982 eran sus altos costes de producción y el descenso de las ventas en todo el mundo de las motos con seis cilindros.