En el mundo de las motos y el motor, hay un nombre que sobre todo sonará a los aficionados. Es el caso de Soichiro Honda, el industrial japonés nacido en la localidad de Tenryū, un pueblecito japonés a los pies del Monte Fuji en el año 1906 y que falleció en la localidad nipona hace tres décadas. Su nombre es toda una revelación ya que fue el fundador de la marca Honda, una de las grandes del mundo del motor.
Sus comienzos
Hasta llegar a ser el máximo responsable de Honda, la vida de Soichiro no fue sencilla por su origen humilde. De madre tejedora y padre herrero, abandonó los estudios cuando apenas tenía 7 años y comenzó a trabajar en el taller de reparación de bicicletas que pertenecía a su familia. Durante otros seis años estuvo trabajando en Tokio en otro espacio mecánico donde se arreglaban automóviles. Era el Art Shokai, un taller cuyos dueños eran los hermanos Sakakibara que en su tiempo libre diseñaban coches de carreras.
Un empeño y un esfuerzo, al mismo tiempo que trabajaba estudiaba en la Escuela de Ingeniería, que hizo que con apenas 27 años fundara la compañía Toukai Precision Machine Company que se dedicaba a la producción de anillos de pistón.
El fin de la Segunda Guerra Mundial le obligó a vender esta empresa y con el dinero empezó de cero en una idea para fabricar motocicletas. Un nuevo proyecto de emprendimiento, muy característico de su inquietud personal por mejorar y hacer cosas, que no tardó mucho en ser todo un éxito dentro de las empresas del sector. Fue en el año 1948 cuando se fundó la Honda Motor Company que aunque se dedicada a la producción de coches, hizo fama a la hora de convertirse en el mejor fabricante de motocicletas del mundo.
El éxito de Honda
Apenas bastaron un par de años para que el éxito de la compañía fuese espectacular a nivel mundial. Tal era la fortaleza que demostró Honda que ni sucumbió a la crisis económica desatada por la Guerra de Corea en la zona asiática. Su crecimiento las décadas siguientes fue imparable con hitos tan destacados como el lanzamiento de la Super Cub C100, uno de sus modelos más aclamados; o su apuesta por el mundo de los automóviles con la fabricación de coches como el Civic del que en sus inicios se llegaron a vender fácilmente un millón de unidades.
Su retiro dorado
A comienzos de la década de los años 70, Soichiro Honda decidió que era el momento de dar un paso a un lado y dejar la presidencia de la compañía a Kiyoshi Kawashima. Su idea entonces era centrarse en la Fundación Honda que creó cuatro años después, así como en sus labores en el Instituto de Investigación Honda que había fundado diez años antes.
Era el merecido retiro a un hombre que desde muy pequeño supo lo que era trabajar y esforzarse por labrarse un futuro. Un empeño con el que ha obtenido numerosos reconocimientos: su ingreso en el Salón de la Fama del Automóvil o la medalla de oro de la Federación Automovilística gracias a su labor en pro de mejorar y desarrollar la Fórmula 1. Un hombre incansable y obstinado que durante toda su vida y su experiencia profesional persiguió su sueño de ser uno de los mejores en el mundo de las motos y los automóviles.
