Buena parte de los años 80 y comienzos de los 90, la cilindrada de 500 cc era un coto privado para los pilotos estadounidenses y australianos. Acostumbrados a un tipo de pilotaje en el que el derrape era un arma clave, nombres como Eddie Lawson, Wayne Rainey, Wayne Gardner, Randy Mamola o Kevin Schwantz dominaban unas carreras que aún a día de hoy echan de menos numerosos aficionados que piensan aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Fueron muchos los pilotos que se subieron a aquellas máquinas salvajes que eran las dos tiempos de medio litro y uno de ellos fue el escocés Niall Mackenzie, nacido en julio de 1961 y ávido de conseguir buenos resultados en la cilindrada reina.
Y no es de extrañar que así fuera, ya que llegó después de jugarse el tipo en una competición abierta que Yamaha organizó en suelo británico. De ese modo desembarcó en el Campeonato del Mundo de Motociclismo y, una vez allí, dio todo por conseguir buenos resultados, sin importar la moto que llevara entre sus piernas.
Trayectoria de Niall MacKenzie
A pesar de que sus primeros contactos con el mundial fueron en los 250 cc con una Rotax, MacKenzie sería recordado por sus actuaciones en los 500 cc, donde corrió con Suzuki, Honda y Yamaha, es decir, con las grandes motos de aquellos tiempos. Y aunque no consiguió nunca ganar un gran premio (algo al alcance de muy pocos en esa época tan competitiva), sí que estuvo en la pelea con los mejores en buena parte de las carreras. Así las cosas, la trayectoria de Niall MacKenzie en el medio litro se puede resumir en los siguientes hitos:
- Su primer podio lo logró con una Honda en la temporada de 1987, en el circuito austriaco de Salzburgring, donde solo fue superado por Wayne Gardner y Randy Mamola. Ese año llego a terminar en quinta posición en el mundial.
- En 1988 volvió a subirse al podio en Laguna Seca de nuevo con la Honda, tras Eddie Lawson y Gardner.
- En 1989 cambió de moto y probó con Yamaha. Su mejor resultado fue un tercer puesto nuevamente, siendo superado por Lawson y Rainey.

- En 1990 comenzó con Yamaha, pero tras dos GPs pasó a formar parte del equipo que comandaba Kevin Schwantz: el Lucky Strike-Suzuki. Y aquella fue una gran decisión porque MacKenzie fue un gran escudero para el texano, que terminó segundo en el campeonato, al tiempo que logró su mejor clasificación final en un mundial: el cuarto puesto. Además, se subió dos veces al podio en Alemania y Yugoslavia.
- Sus otros dos podios llegaron con Yamaha: en 1992 en Jerez y un año más tarde en Donington Park.
Cabe señalar que tras su paso por la cilindrada reina del mundial, este escocés fue capaz de ganar tres veces el Campeonato Británico de Superbikes entre los años 1996 y 1998, cuando contaba ya con 37 años y muchos kilómetros a sus espaldas en todo tipo de marcas y motos.