Joan Mir, campeón del mundo de Moto3 2017

El piloto español certifica el título en una temporada en la que ha dominado de principio a fin.

Nacho González

Joan Mir, campeón del mundo de Moto3 2017
Joan Mir, campeón del mundo de Moto3 2017

Joan Mir se ha proclamado campeón del mundo de Moto3 2017 en el Gran Premio de Australia, donde el piloto de 20 años ha rubricado su dominio de toda la temporada certificando el título con la novena victoria del año, lograda en Phillip Island. 

Avisó desde Qatar. Su victoria en la primera carrera del año poco tenía que ver con las de Niccolò Antonelli o Alexis Masbou, que no volvieron a subir a lo alto en toda la temporada. Mir lo dijo: las maldiciones están para romperlas. No le asustaba que ninguno de los vencedores en Moto3 en Losail hubiese convertido tan temprano liderato en el postrero título.

El triunfo en Argentina hizo patente su favoritismo, si bien la repetición del podio catarí –con John McPhee segundo y Jorge Martín tercero- hacía pensar que, si había un favorito claro, también lo eran sus rivales. Sobre todo Martín, su otrora verdugo en la Red Bull Rookies Cup y que subiendo al cajón en la victoria de Romano Fenati en Austin se acercaba en la general a Mir, que acababa octavo en COTA.

Fue Jerez el lugar donde sí se topó con los que habían de ser sus rivales todo el año. Arón Canet se llevó la victoria ante Fenati, con Mir tercero. El balear intercaló dos triunfos más en Le Mans y Montmeló con un discreto séptimo en Mugello y un decepcionante noveno en Assen. Con todo, seguía sin hacer un solo cero, cosa que no podía decir ninguno de sus contrincantes.

Pese a que en Francia exhibió un dominio sin paliativos, la derrota que fue especialmente dolorosa para estos fue la del Gran Premio de Catalunya, que para colmo llegó justo después de anunciar su salto a Moto2 para 2018. Allí, Mir se llevó una victoria majestuosa, perpetrada con una última vuelta totalmente antológica en la que se metió donde no parecía haber hueco. Y si en Montmeló deslumbró por la forma de ganar, en los exámenes de antes y después de verano lo hizo por la sucesión de triunfos.

Se fue de vacaciones después de ganar de forma brillante en Sachsenring… y volvió de las mismas triunfando en Brno –donde hizo gala de una gestión de carrera que recordó al recién desaparecido Ángel Nieto- y repitiendo con otro gran triunfo en Red Bull Ring, donde en 2016 había logrado su primer triunfo mundialista.

75 puntos seguidos que erosionaban la resistencia de un Fenati que, después de cuatro segundos puestos encadenados, pinchaba en Austria y acababa 13º. En aquel punto ya parecía cantado su título. No había forma de pararle. Por aquel entonces, el mundo del motociclismo ya se había dado cuenta de que el balear es de esos pilotos tocados por una varita.

No llegó el póquer al ser quinto en Silverstone, y tampoco pudo ganar bajo la lluvia de Misano, donde Fenati se escapó y Mir entró segundo tras una salvada apoteósica que, además de otorgarle 20 puntos más y mantener inmaculada su hoja de servicio en 2017, le permitía seguir soñando con pulverizar un récord histórico.

El título empezaba a ser cuestión de tiempo. En Aragón podía dejarlo encarrilado, y tras pasar toda la carrera en segundo plano, surgió al final para llevarse otra victoria memorable. Si en Barcelona había dado una lección magistral de ataque, en Motorland demostró que también es el mejor defensor de la categoría, pese a que las quejas de los derrotados le costasen una sanción tan polémica como simbólica.

Sea como fuere, parece que Mir reserva las últimas vueltas de escándalo para cuando compite delante de su público.

Aquel triunfo, unido a la décima posición de Fenati, le permitían no sólo tener la primera oportunidad de título en el Twin Ring Motegi, sino llegar a Japón dependiendo de sí mismo: aventajando en 80 puntos al italiano y en 98 a Canet con 100 en juego.

El propio Mir reconoció sentir la presión de acariciar el título, y la lluvia con la que recibió a los pilotos mundialistas el país del sol naciente (pura ironía en este caso) no ayudó a calmar los ánimos del piloto de Palma de Mallorca, que no encontraba el ritmo y, tras sufrir una caída el viernes, tampoco pudo enderezar el rumbo el sábado y se clasificó 14º, lo que unido a la sanción de seis posiciones le hacía partir desde la 20ª posición de parrilla.

Japón fue un desastre, pero en Australia todo cambió. Volvió a sentirse cómodo y se metió en primera fila de parrilla. En carrera, se mantuvo todo el tiempo en cabeza y, al llegar la fase decisiva, procuró pasar en cabeza cada vuelta por si se paraba la carrera. Así fue, empezó a llover y se dio la carrera por terminada, ganando la carrera y convirtiéndose en campeón del mundo de Moto3 2017.