Anda MotoGP buscando fórmulas para atraer nuevos espectadores, con especial foco en el público joven. Han probado a realizar una serie documental -que no tuvo el impacto esperado en palabras de Carmelo Ezpeleta-, a meter en pista nuevos famosos cuyas fotos en el circuito lleguen a sus millones de followers en Instagram, y hasta con una encuesta en profundidad para (por fin) conocer mejor a su público.
Sin embargo, hay una variable de MotoGP que no se puede estudiar ni controlar: los pilotos. Al fin y al cabo son los protagonistas de todo esto, y de su poder de engagement con la afición depende gran parte del éxito del deporte. Por ejemplo, el crecimiento de la Formula 1 está llegando a rebufo de jóvenes carismáticos como Max Verstappen, Charles Leclerc o Lando Norris.
MotoGP busca algo así desesperadamente. La irrupción de Valentino Rossi en las postrimerías del siglo XX multiplicó el impacto del campeonato, la aparición de rivales como Dani Pedrosa, Casey Stoner y Jorge Lorenzo ayudó a consolidarla, y la llegada de Marc Márquez insufló aire fresco para dar continuidad a esa buena tendencia.
En poco más de tres años se han retirado Pedrosa, Lorenzo y Rossi, mientras Márquez sigue con el particular calvario de su húmero. Por detrás empieza a asomar un pequeño genio sobrado de carisma como Pedro Acosta, pero conviene no quemarle antes de tiempo a ningún nivel. Y para eso, hace falta una figura y hace falta ya.
Esa figura se llama Fabio y se apellida Quartararo. Un chaval francés de apellido italiano que ha crecido como piloto en España ha aprovechado el vacío de poder para auparse al trono de MotoGP, proclamándose campeón del mundo el pasado 2021 tras haber deslumbrado dos años antes como rookie hasta ser el mayor incordio de un Márquez que parecía inabordable.

Un Márquez cuya ausencia se hizo más patente que nunca en Sachsenring, donde nadie había podido ganarle desde 2010, enlazando la mejor racha de la historia del motociclismo para un piloto en un solo circuito y continuando el dominio de Honda que había comenzado Pedrosa en 2010. ¿El último en ganar con otra marca? Rossi en 2009 con Yamaha.
Andaba entonces MotoGP buscando un relevo para la tiranía de Marc Márquez en Sachsenring, preguntándose si podía ser una de las Ducati -que volvieron a mostrarse intratables en clasificación-, si llegaría la segunda victoria de Aprilia en clase reina o si Miguel Oliveira conseguiría replicar su actuación de 2021, cuando acechó a Márquez hasta el final.
Una vez más, la respuesta fue Fabio Quartararo. Mientras Honda vivía el peor día de su historia, se paseó para coger el relevo de Márquez en Sachsenring y el relevo de Rossi en el palmarés de Yamaha en el trazado alemán, que sirvió como metonimia de lo que pretende hacer con el Mundial de MotoGP: hacerse cargo de la herencia de Rossi y Márquez tanto en el trofeo de los campeones como a nivel mediático.
Suma ya 11 victorias en las últimas 42 carreras, más de una cuarta parte con una moto que desde hace tiempo solo entiende él; y empieza a escaparse en la general rumbo a su segundo título consecutivo (el año pasado promedió 15,44 puntos y ahora promedia 17,2). ¿Quién fue el último piloto en revalidar título en MotoGP? Marc Márquez. ¿Y el último en defender el trono con éxito en Yamaha? Exacto, Valentino Rossi.

Desde el pasado curso, está acompañando su extraordinario talento innato con una madurez que le convierte en un piloto realmente completo, que va camino de repetir título con una moto con la que solamente gana él… como Rossi en 2004 y 2005, y como Márquez en 2018 y 2019.
Y más allá de los resultados, están las sensaciones. Quartararo es un piloto que llega al circuito con una sonrisa perenne, se muestra amable con la gente y con los periodistas, desquicia a sus rivales en pista (Pecco Bagnaia empieza a vivir en sus carnes lo que sufrieron pilotos como Sete Gibernau y Andrea Dovizioso), celebra sus éxitos haciendo partícipe a la afición y luego se va a Instagram a compartirlo con sus más de 2 millones de seguidores.
Domina la moto, domina a sus rivales y domina los medios. La herencia de Valentino Rossi y Marc Márquez está en buenas manos. Y cuando vuelva el 93, MotoGP tendrá dos súper figuras para vender su producto. A esto, empresarialmente, se le llama winwin.
Lo he dicho mil veces y me reafirmo una vez más:
— Swinxy (@Swinxy) June 20, 2022
Fabio Quartararo es un regalo para MotoGP#GermanGP 🇩🇪 #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/f2RcRIII3y