Hemos comentado en diversas ocasiones que uno de los aspectos más importantes cuando se monta en moto es la comodidad, ya que solo de esa manera el conductor se va a desenvolver con agilidad y, claro está, eso supone una mayor seguridad frente al manillar.
Ya sea el tamaño de la moto o la altura a la que vamos sentados, cualquier aspecto puede ofrecer una mejor o peor experiencia. Otra de las zonas que han de estar adecuadas a cada motorista es el manillar, ya que desde él se maneja buena parte de la moto y además supone la zona de sujección superior. Por lo tanto, no es de extrañar que haya motos que no sean recomendables para algunos usuarios por razones como que su manillar sea demasiado ancho como para que pueda llegar fácilmente a las manetas.
Posibilidad de ajustar el manillar
Por lo general, el manillar de las motos se puede ajustar para que el piloto lo maneje con soltura y pueda accionar dichas manetas sin ningún tipo de problema. En este sentido, hay motos con semimanillares que hacen más sencilla esta acción. Así, si se busca una posición más relajada, los brazos deberán ir abiertos y el manillar más elevado, con el objetivo de que el conductor no tenga que ir demasiado agachado. Igualmente, esta pieza se puede alejar o acercar más o menos, dependiendo de los gustos y el físico de cada uno. El objetivo no es otro que el motorista se adapte lo mejor que pueda a la ergonomía de la propia motocicleta sin perder comodidad en el proceso.
No obstante, puede darse el caso de que no consiga conducir a gusto bajo ninguna circunstancia o “configuración”. Por eso es importante comprobar bien que se está a gusto en la moto antes de adquirirla.

Cambiar el manillar
En el caso de que el ajuste del manillar original no sea suficiente, será necesario cambiarlo completamente, para lo que habrá que optar por un modelo que no es el homologado para la moto. Obviamente, no se va a sustituir por uno como el original.
En este escenario, tocará elegir un manillar que se adapte perfectamente a las necesidades o requerimientos del conductor y, una vez que se haya elegido, será el momento de pasar por el proceso de homologación. Esto quiere decir que la instalación del nuevo manillar -el cual debe estar homologado por las autoridades competentes- deberá realizarse en un taller autorizado para realizar este tipo de instalación.
Cuando los profesionales se hayan encargado de colocar el nuevo manillar y de realizar los documentos que así lo acreditan, el usuario deberá acudir a una estación de Inspección Técnica de Vehículos para pasar la consiguiente ITV que permita a la moto circular con el nuevo modelo.
Como es habitual, en caso de no pasar por este proceso, los agentes de la Guardia Civil tendrán la potestad de sancionar a aquellas motos que dispongan de un manillar que no les corresponde; aunque sea un modelo más adecuado para el físico y capacidades de quien está conduciendo.