La centralita de una moto hace referencia al considerado cerebro de este vehículo de dos ruedas. Es decir, un elemento clave para que la moto funcione correctamente y se optimice, además, tanto el rendimiento del motor como el resto de piezas periféricas que resultan básicas para una motocicleta. Antes de la aparición de este tipo de centralitas, en los años 90, el sistem de gestión de la moto se desarrollaba por medio de lo que se denominaba ECU (Engine Control Unit o Unidad de Control del Motor) y que formaba parte de los elementos claves de las motos entre los años 60 y 80.
El ordenador
Esta es la función que cumple una centralita de moto. Servir de una especie de ordenador que se encarga de recibir las señales que se van captando por los sensores con los que cuenta para ello. En base a esos comandos recibidos se van ejecutando una serie de acciones que son las que finalmente se reproducirán en los elementos mecánicos que hacen funcionar una moto. Aparte, la centralita es la encargada de gestionar todo lo relativo a la potencia de este vehículo de dos ruedas, así como a aspectos importantes como el encendido y el acelerador electrónico de la moto.
En relación a la primera, la potencia, incluso si se hacen algunos ajustes en la centralita se puede lograr un incremento de un 25% de la potencia inicial que tenga el motor. Una especie de cambios que también pueden afectar al consumo de combustible haciendo, gracias a la centralita, que la moto gaste hasta un 14% menos haciendo el mismo número de kilómetros; así como disminución de los problemas mecánicos asociados a ella.
Su reparación
Cuando un vehículo sufre una avería, la reparación de este módulo de control o centralita es una de las más caras de todas las averías mecánicas que se pueden producir. Y es que un fallo en este componente puede alterar el consumo del combustible que se haga en dicha moto o bien afectar al ralentí del propulsor; e incluso complicar la puesta en marcha de este vehículo de dos ruedas.

Es entonces cuando urge arreglar esta avería que es una de las menos económicas de todas y que puede llegar de media a los 800 euros. En el caso de que no sea necesario el cambio entero de la centralita, otra opción (si puede salvarse) es reprogramarla. Una operación que suele ser mucho más barata. Eso sí, esto solo se puede hacer en ciertas ocasiones y si el daño que ha sufrido la centralita de la moto no es demasiado grave o irreparable.
Entre los fallos más habituales que sufre una centralita de moto, en la mayoría de los casos guardan relación con factores externos como puede ser el agua, así como otro tipo de afecciones internas de este propio cerebro electrónico como puede ser una sobrecarga de tensión (algo que se produce relacionado con un cortocircuito en alguno de los elementos que forman parte del sistema), que se cuele agua en el interior del mismo con lo cual lamentablemente habrá que cambiar la centralita por completo; así como todo tipo de vibraciones, sobrecalentamiento o deterioro de este elemento clave. Este último fallo es más leve y su reparación más sencilla y con un coste menor.