Si hay algo que caracteriza a un piloto, obviando su modo de conducir o cualquier tema relacionado con la manera en que se maneja en las carreras, es su casco. En él condensa toda su esencia y buena parte de lo que quiere mostrar al mundo. Y no cabe duda de que los mejores pilotos ni dudan ni dudaban en ofrecer lo mejor de sí mismos.
Nos centramos en este artículo en el casco de Dani Pedrosa, o mejor dicho, en los cascos de uno de los más grandes pilotos españoles de todos los tiempos. Porque seguramente muchos lectores estarán de acuerdo en que el destino debía un mundial de MotoGP al pequeño genio de Castellar del Vallès.
El pequeño samurái
Siempre con las limitaciones de su físico -baja estatura y ligero de peso-, Pedrosa se enfrentaba a la mayor cilindrada con el arma que mejor sabía utilizar: un pilotaje exquisito y muy preciso.
Quizás por ello su amuleto fuera un pequeño samurái, al que podíamos ver dibujado en sus diferentes cascos de muy diversas maneras. Apasionado como era de la cultura japonesa y haciendo honor a Honda, la marca para la que corrió durante toda su carrera, el “little samurai” era una perfecta representación de este hombre que fue tres veces campeón del mundo (dos en 250cc y una en 125cc) y que acumuló 54 victorias en grandes premios a lo largo de su dilatada y exitosa carrera (además de 153 podios y 43 poles).

El casco de Pedrosa
Así pues, cuando un aficionado quiera adquirir una réplica del casco de Dani Pedrosa, probablemente tenga a su disposición alguno de los últimos modelos que el barcelonés llevó en la categoría reina.
Destacan especialmente por su belleza el RX-7V PEDROSA Spirit Blue y el RX-7V PEDROSA Spirit Gold, ambos fabricados por la marca Arai, los cuales se comercializan por un precio que ronda los 1.000 euros.
Aunque si hay un casco que a cualquier aficionado del motociclismo le gustaría tener, ese es el último que Dani Pedrosa se puso para disputar un gran premio, concretamente en Valencia.

El último casco
Fue diseñado por Star Line y también era de la marca Arai. En él se podía leer la frase "Tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso", la cual pertenece a la película Braveheart que a mitad de los 90 protagonizó y dirigió el actor australiano Mel Gibson.
En él se trataba de homenajear a todos los aficionados que durante los 17 años de carrera apoyaron al pequeño samurái, especialmente en los momentos más duros, es decir, en los periodos en los que estuvo apartado por numerosas lesiones -muchas de ellas provocadas por caídas-.
Además, en una parte del casco la decoración recordaba a la de los inicios del catalán en la categoría pequeña de 125cc, mientras que en otra zona se asemejaba más a lo que fueron los últimos cascos que tuvo, con el “little samurai” como protagonista. Además, en la parte trasera se podía ver una foto de los inicios del campeón con la citada frase de la película.
Sin duda, un perfecto colofón a la trayectoria de Pedrosa, cuyos cascos aún siguen estando entre los más demandados por los aficionados españoles, siempre fieles a los pilotos con calidad.