Para quienes no siguen el mundial desde hace al menos 25 años, han de saber que a finales de los 90 apareció en escena uno de esos pilotos que parecía que se iban a comer el mundo. Nos referimos a Marco Melandri, el italiano al que muchos veían como el futuro rival de la estrella naciente Valentino Rossi.
Era tres años más joven pero llegaba pisando igual de fuerte que el de Tavullia. Así que no era de extrañar que todas las miradas estuvieran puestas en él, especialmente por su magnífica puesta en escena. Y es que en el primer año completo en el mundial terminó tercero en 125 cc con solo 16 años. Había nacido una estrella y, quien sabía, quizás una leyenda.
Primera piedra en el zapato: Alzamora
En 1999 Melandri ya era el favorito para alzarse con el título del octavo de litro junto a Azuma o Locatelli. Pero el talento de este piloto nacido en Rávena parecía superior al de sus contrincantes. Claro que nadie contaba con un competidor que sin tener la mejor moto ni ser el más rápido de la parrilla sumaba puntos cada GP. Así que Emilio Alzamora llegó a la última carrera con la ventaja suficiente como para quedar segundo tras Melandri y aún así hacerse con el título.
Y en ese momento, Melandri se equivocó, esperando al español para tratar de provocar un accidente en las últimas vueltas que llevara al abandono de Alzamora. Esto no sucedió y el joven italiano terminó subcampeón.
Salto a 250 cc
Su buen papel (sin título) en 125 cc le hizo dar el salto a 250 cc, donde tardó dos años en presentar la candidatura al título y esta vez sí que lo logró con una superioridad manifiesta. Fue en 2002 cuando montado en una Aprilia dominó a rivales como Fonsi Nieto, Roberto Rolfo o Toni Elías. Logró 9 victorias y 3 segundos puestos, dejando claro que había sido el piloto más fuerte del año. Así que era el momento de probar en MotoGP, donde su compatriota Rossi estaba arrasando (cinco campeonatos consecutivos entre 2001 y 2005).

Segunda piedra en el zapato: malas motos
Pero su desembarco en la máxima categoría no fue miel sobre hojuelas, ya que las dos primeras temporadas no contó con buenas motos con las que poder competir. Y claro, de ese modo por mucho que pusiera de su parte en cuanto a talento, jamás lograría estar en los puestos de cabeza. Hasta que en 2005 fichó por Honda, que necesitaba savia nueva para hacer frente a Valentino -antiguo integrante de la marca del ala- y su dominante Yamaha.
Tercera piedra en el zapato: Valentino
En 2005 demostró que el talento de Melandri no se había perdido en un par de temporadas difíciles, ya que fue el mejor de los pilotos de Honda (Hayden y Biaggi con las motos oficiales estuvieron por detrás). Pero Rossi solo había uno y así lo volvería a demostrar en 2005, cuando se llevó de calle un campeonato en el que solo Marco Melandri logró brillar algo, consiguiendo dos GPs.
Al año siguiente también se convirtió en uno de los aspirantes al título en uno de los mundiales más igualados de la década. Al final Nicky Hayden se llevó el gato al agua por delante de Rossi, Capirossi, Melandri y Pedrosa.
Cuarta piedra en el zapato: Ducati
Después de que en 2007 acabara quinto en un mundial dominado por la Ducati de Casey Stoner, Melandri fichó por los italianos para pilotar la Ducati Desmosedici GP8. Era el momento de dar el puñetazo definitivo encima de la mesa y convertirse en el piloto italiano dominante. Pero no fue así. El año para el de Rávena fue muy complicado pues solo hizo 51 puntos, 229 menos que su compañero de equipo -el propio Stoner-, que terminó subcampeón tras Rossi.
Quinta piedra en el zapato: Checa
Para concluir, la brillante trayectoria de Marco Melandri (a pesar de las derrotas cualquier piloto desearía los números del italiano) finalizó en Superbikes, donde volvió a demostrar su capacidad para rodar más rápido que nadie, pero en 2011 solo pudo ser segundo, ya que su Yamaha no pudo con el poderío de la Ducati de Carlos Checa.