"Honda está en un momento crítico”. Sin paños calientes se expresa Marc Márquez en la entrevista difundida por Repsol, en la que confirma que viajará al Gran Premio de Austria para intentar arropar a la marca: “Estoy hablando mucho con mi equipo y tratando de entender la moto de 2022, la situación y lo que está pasando. Por eso iré a Austria, para hablar con todos y reunirme con el personal de HRC de Japón para trabajar en el futuro”, prosigue el piloto español, que habla a menudo con Stefan Bradl, con Santi Hernández como enlace entre ambos:
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“Estamos empujando todos juntos; ganamos juntos, perdemos juntos y volveremos juntos. También estoy hablando mucho con Stefan Bradl; nosotros y Santi estamos trabajando juntos y probando cosas, ambos saben cómo piloto. En Mugello dije que estaría en casa, pero quiero seguir conectado. Con la anterior operación desconecté demasiado y quiero estar involucrado, para que cuando vuelva lo tenga todo fresco”, admite.
Han pasado diez semanas desde la cuarta operación y la progresión de Marc Márquez puede verse en su sonrisa. Mientras su húmero se recupera, el piloto del Repsol Honda no deja de entrenar en el gimnasio para fortalecer su brazo derecho, siempre con la asesoría, gestión y supervisión de médicos y fisioterapeutas.

“Paso a paso me voy sintiendo mejor y el hueso está cicatrizando correctamente, que es la mejor noticia de todas. Seguimos en modo de rehabilitación; estoy trabajando muy duro en el aspecto cardiovascular para intentar estar listo”, explica el 93, cuya rutina de gimnasio -donde va añadiendo lentamente peso y resistencia a los elásticos- se acompaña con correr y nadar.
El siguiente paso será a finales de agosto, donde si la revisión médica sale bien podrá intensificar la rehabilitación y empezar a apretar y desarrollar los músculos. Poco a poco empieza a ver la luz al final de un eterno túnel, expresando cómo está viviendo este viaje hacia la recuperación:
“Algunos días son mejores que otros, pero todo esto forma parte del viaje. Soy optimista, pero no quiero hablar demasiado de los plazos hasta que tengamos esta revisión; no es el momento de forzar. He esperado mucho tiempo para tener este tipo de sensaciones”, confiesa el piloto de Cervera, que incide en que no lleva dos días ni dos meses de lucha, sino dos años.

“El año pasado gané algunas carreras así, pero tuve que luchar mucho. En Jerez me di cuenta de que algo tenía que cambiar. Fue duro y es duro ahora mentalmente, no porque no esté corriendo, sino porque siempre tienes esta duda sobre el brazo. No puedo operarme de nuevo. Estoy convencido de que ésta será buena, pero estos pensamientos siempre están ahí en el fondo de tu mente”, admite.