El objetivo de desterrar los vehículos que se mueven gracias a combustibles fósiles sigue estando presente en las agendas gubernamentales de la mayor parte de los países, abogando por soluciones que pretenden ser más respetuosas con el medio ambiente y que, de ese modo, se frene en la medida de lo posible el efecto invernadero y el consiguiente cambio climático.
La estrategia en España es similar a la marcada en otros estados europeos, de manera que se fomenta la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, entre los que se encuentran, como no podía ser de otro modo, las motocicletas.
Plan Moves III
Esta política de apostar por la electricidad en lugar de por los combustibles que provienen del petróleo llevó al anuncio de un nuevo Plan Moves la pasada primavera. Entonces, Teresa Ribera, Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, anunció una inversión de 400 millones de euros que se destinarían a la compra de este tipo de vehículos y a la instalación (muy necesaria) de puntos de carga.
La compra de automóviles va a ser la más beneficiada en el Plan Moves III, que busca hacer crecer el parque de coches eléctricos. No obstante, las motos también se verán beneficiadas.

¿En qué consisten las ayudas a las motos?
En el Plan Moves se explica que los compradores que obtendrán ayudas serán los que opten por motos que no tengan una potencia nominal inferior a los 3 kW, es decir, los 4,02 CV. Esto quiere decir que los ciclomotores eléctricos no van a obtener ningún tipo de ayuda. Es más, aquellos modelos que no cuenten con una autonomía superior a los 70 kilómetros también quedarán excluidos. De este modo, quedan fuera las motos eléctricas más habituales, ya que son las que se emplean para moverse por la ciudad con el fin de realizar trayectos cortos tanto al lugar de trabajo como a el hogar.
Por lo demás, las motos compradas desde el pasado 10 de abril que pueden optar a las ayudas son las siguientes:
- Las motos L3e, L4e y L5e, es decir, vehículos con dos ruedas o con tres ruedas simétricas o asimétricas con respecto al eje medio longitudinal del vehículo, que cuenten con más de 50 cc o que alcancen una velocidad superior a 50 km/h y que no pesen más de 1.000 kilos. Asimismo, han de estar propulsadas exclusivamente por motores eléctricos y que estén homologadas como tal, incluyendo baterías de litio, así como un motor que supere las especificaciones anteriormente citadas y que se corresponden a las motos más pequeñas.
En cuanto a las ayudas, serán de 1.100 euros (ascenderá a 1.210 euros en los municipios con menos de 5.000 habitantes), a los que habrá que sumar otros 200 en caso de que se entregue la moto antigua para chatarra. Cabe señalar que estas cantidades corresponden a usuarios particulares, ya que en el caso de las motos destinadas a negocios la suma es de 750 euros para las pymes y de 700 euros para las grandes empresas. En ambos casos, el límite del precio sin IVA es de 10.000 euros.