Breve historia de las motos de Münch

Aún a día de hoy son recordadas estas motos alemanas que se hacían de encargo en los años 60

Münch Mammut 2000. Fuente: Triple-green en Creative Commons
Münch Mammut 2000. Fuente: Triple-green en Creative Commons

Aunque para la mayoría de las personas el apellido Münch es famoso por el pintor que realizó el famoso “El grito”, para los aficionados al motociclismo y a las marcas que en algún momento estuvieron presentes en el mercado, la palabra Münch les recuerda a las motos alemanas que se crearon en la década de los 1960. Y sobre todas ellas destacó la Mammut, un modelo con motor de cuatro cilindros perteneciente a un automóvil NSU que hacía de ella un poderoso vehículo.

Qué hay que saber sobre las motos Münch

En este viaje por el pasado, vamos a centrarnos en los momentos más importantes en la trayectoria de Munch.

  • En la década de los años 40 Friedel Münch comenzó su carrera como mecánico de motores para la marca de motos Horex.
  • Allí estuvo trabajando hasta 1956, momento en el que Horex cesó su actividad. El propio Münch compró las motos y respuestos que habían quedado en la fábrica y comenzó a vender motos estilo café racer a partir de ellas. 
  • En el año 1966, Friedl Münch recogió el encargo de hacer una moto para un piloto de sidecar llamado Jean Murit.  A partir de ese momento comenzó la producción limitada de las motos de Münch, las cuales eran conocidas como Mammut, aunque no se podían comercializar de ese modo por un problema de derechos de autor.
  • Para esas motos, Münch empleó un motor NSU de 996 cc que se refrigeraba por aire con árbol de levas en cabeza, y 4 cilindros. La moto superaba los 185 km/h de velocidad máxima y pesaba unos 217 kilogramos. 
  • Ya en 1968 utilizó un motor NSU TTS de 1.177 cc. aunque encontró problemas en los radios de la rueda trasera, ya que se tendían a romper por el peso. Eso hizo que Münch creara una rueda trasera de magnesio fundido más poderosa. Esta Mammut pesaba casi 295 kilos.
  • En 1968 un empresario de Estados Unidos invirtió en la marca y la comercializó en su país. Su nombre era Floyd Clymer y decidió que un buen slogan para la Clymer-Münch Mammoth IV era "Construida según un estándar, no a un precio". Sin embargo, falleció antes de que se pusiera en marcha la producción.
  • Las motos de Münch no eran baratas, ya que estaban hechas a mano. Así, no era raro que se acercaran a los 4.000 dólares de la época, más del doble de lo que costaban las BMW, por ejemplo. Esto lastró que se vendiera un gran número de unidades. De hecho, las estimaciones sitúan en 500 las máquinas que se produjeron. Claro que esa poca cantidad hizo que los dueños de una Münch fueran solo unos pocos y “elegidos”. No en vano, alguna Mammut está incluso expuesta en un museo.
  • Con el tiempo, las Münch dejaron de producirse y pasaron a la historia como aquellas motos que incluían el motor de un coche y que nacieron de un entusiasta del motociclismo.
Antigua moto Velocette. Fuente: iStock/CBCK-Christine

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