En la historia del motociclismo, Giacomo Agostini es uno de los grandes pilotos de todos los tiempos gracias a una trayectoria impecable y de la que muchos sienten envidia y que contempla un palmarés en la que ha sido 15 veces campeón del mundo y en una decena de ocasiones también se llevó la gloria en el TT Isla de Man. Esta es la vida deportiva de un hombre que sobre todo ha hecho vibrar a los aficionados en la modalidad del medio litro.

Una pasión desde niño
Era un 16 de junio del año 1942 cuando en la localidad lombarda, al norte del vecino país de Itaia, de Brescia nació este campeón al que desde bien pequeño eso de las motos era una verdadera pasión. Eso sí, ese gusto por las motos no era algo compartido por su padre que no aprobaba que su hijo se quisiera dedicar en un futuro a las dos ruedas de una forma más profesional; en parte también por el riesgo y la peligrosidad añadida a este deporte. Eso no paró a un joven Agostini, el mayor de los hijos del matrimonio, que desde su adolescencia corría en moto en secreto, para que su padre no se enfadara, usando para ello la Bianchi Aquilotto de su familia.
Ya con la mayoría de edad y cuando recién había cumplido los 18 años, el campeón italiano puedo hacer realidad parte de ese sueño que tenía desde niño y se hizo con una montura propia: una motocicleta modelo Morini 175 Settobello.
Tras hacerse un nombre en la formación de Morini, debutó de una manera más profesional si cabe en 1963 con una 250 y tomando la salida en el Gran Premio de las Naciones de Monza. No pudo completar esa primera carrera profesional por un fallo de la moto, pero las vueltas que había dado en el circuito ya le sirvieron para mostrar al mundo de lo que era capaz.
La modalidad reina
Hablar de la categoría reina y de la primera victoria del italiano nacido en Brescia es hacerlo a partir de la temporada del año 1965 cuando firmó contrato con MV Agusta para empezar su carrera en las modalidades de 350 y sobre todo 500 cc del Campeonato del Mundo. Tal era la capacidad del italiano que solo en su año debut ya había logrado ser segundo en la modalidad reina, solo por detrás del que entonces era también su compañero en el mismo equipo: Mike Hailwood. Puesto que repitió en los 350 centímetros cúbicos.
Pero, fue ya a partir del año 1966 cuando Giacomo Agostini logró su primera victoria en la categoría principal. Un logro que fue especialmente emotiva para él ya que marcaba el inicio de lo que serían sus otras siete victorias en los 500 cc, además de llevarse a casa el título de mejor corredor del Campeonato del Mundo en las mismas ocasiones en los 350. Si el italiano hubiese hecho caso a su padre, probablemente el mundo de las motos se habría perdido a uno de los grandes de la historia del motociclismo.