Echando un simple vistazo al mundo del motociclismo de competición, no es complicado encontrarse con trayectorias que bien podrían dar material suficiente como para hacer una película. Es el caso de la de Steve Hislop, un piloto escocés que superó todo tipo de adversidades para terminar convirtiéndose en uno de los mejores road racers de su tiempo. Además, su desafortunado final fue tanto o más cinematográfico que su carrera, ya que aunque no lo vivió encima de una moto (como otros tantos pilotos que se juegan el tipo en las carreras de carretera), sino dentro de un helicóptero.
Unos inicios complicados
Steve Hislop siempre tuvo la atención puesta en las motos, pues le atraían desde que era solo un niño. Sin embargo, la vida no se lo puso sencillo en sus inicios. En un escaso intervalo de tiempo murió su ídolo Jimmie Guthrie y tuvo que reponerse al fallecimiento de su padre y de su hermano. Todo ello llevó a Hislop a caer en las garras del alcohol cuando no había cumplido aún los 20 años.
Sin embargo, el amor de Hislop por la motocicleta terminó por imponerse al dolor de tales pérdidas y poco a poco le ayudó a salir de un pozo del que quizás nunca hubiera remontado. Así las cosas, decidió participar en el gran premio de Manx, o lo que es lo mismo, la categoría “amateur” del célebre TT. En su primera participación terminó en segundo lugar, lo que hizo que su nombre comenzara a sonar en el mundillo.
Consolida su carrera
A partir de entonces, cada año que pasaba, Hislop mejoraba sus prestaciones, centrándose mucho en el TT y en otras carreras similares. Y por fin fue capaz de ganar en la legendaria carrera. No lo hizo una sola vez, sino que se subió a lo más alto del podio hasta en once ocasiones.
La más famosa de todas ellas fue la de 1992, edición en la que se enfrentó a un Carl Fogarty que ya empezaba a ser toda una celebridad en Reino Unido y que poco después inscribiría su nombre en repetidas ocasiones en el Campeonato Mundial de SBK. La prueba fue apasionante y cuando la Yamaha de Fogarty parecía que iba a reinar, Hislop sacó petróleo de su Norton y logró una victoria contra todo pronóstico. Hacía muchos años que la marca inglesa no lograba la victoria y Hislop lo había hecho posible.

Un buen palmarés
Sobre el palmarés de Steve Hislop podemos decir que no tiene nada que envidiar al de otros ases de las carreras en carreteras. Un buen ejemplo de ellos son los tres triunfos que obtuvo en el Gran Premio de Macao, uno de los que más renombre tienen en esta modalidad (aunque en este caso se lleve a cabo en una ciudad). De igual modo, en el año 1989 se subió a lo más alto en dos categorías de la North West 200, otra de las carreras clásicas en las road races.
El piloto escocés casi falleció en una de las carreras de SBK, pero poco después no pudo esquivar la muerte cuando pilotaba un helicóptero. Fue el final de una vida de película.