Hay ocasiones en las que en el lugar más insospechado nos encontramos con auténticos tesoros que merece la pena echar un vistazo. Y eso es lo que ocurre en la localidad leonesa de Villamañán, situada en la N-630 que une León con Benavente. Allí se emplaza el Museo de la Moto Antonio Marcos.
Ya hemos apuntado en otras ocasiones que las mejores muestras de motos antiguas y restauradas que hay en nuestro país se las debemos al quehacer de algunos enamorados del motociclismo que se han dedicado durante años a la restauración de viejos modelos tratando de ser totalmente fieles al modo en que salieron de fábrica. Conscientes de las dificultades que se encuentran en este camino, no podemos sino alabar el trabajo que personas como Antonio Marcos han conseguido llevar a cabo para que cualquiera pueda deleitarse con una visita a este tipo de exposiciones.
Museo de la Moto Antonio Marcos
Cuando aseguramos al comienzo que es posible toparse con auténticas bellezas en los sitios más insospechados no lo hacemos como frase hecha, ya que pocos moteros imaginarían que en Villamañán pueda situarse una cuidada colección de unas 50 motos antiguas. De hecho, incluso parando en el municipio para dar un paseo, este museo podría incluso pasar inadvertido.
Eso sería un error, dado que en sus instalaciones es posible observar modelos que se construyeron a partir de 1936, lo que da una buena muestra del patrimonio que guarda. Tal y como apuntaba en el portal Leonoticias.com el propio Antonio Marcos “”yo no soy profesional y con todas he aprendido algo nuevo, al final todas tienen un encanto especial para mí”.
Lo mejor es que su labor no ha concluido, ya que como apuntaba al mismo medio, cuenta con más motos en su casa, de manera que las va rotando para que quienes repitan visita en el museo pueda verlas todas.

¿Qué ver en el Museo de la Moto Antonio Marcos?
Como acabamos de comentar, allí están expuestas medio centenar de unidades, entre las que destaca la más veterana de todas, una Renault del citado 1936. Aparte de esta, hay otras muchas que merece la pena ver, pues aportan una visión de cómo ha evolucionado el motociclismo en algo menos de un siglo.
En pleno León
Eso sí, lo mejor para visitar el museo es llamar con antelación, ya que los horarios, al tratarse de un particular, son muy restringidos. Lo mejor de todo es que Villamañán se sitúa en una carretera que transcurre junto al río Esla, un tránsito que regala todo tipo de paisajes. No se trata de una ruta complicada pero sí que puede estar interesante para quienes deseen hacer un recorrido “turístico” por las inmediaciones de León, una ciudad que atrae (y con razón) a miles de visitantes durante todo el año. Así pues, el Museo de la Moto Antonio Marcos puede ser la guinda del pastel a una rodada motera por las tranquilas carreteras leonesas, las cuales recorren localidades donde siempre hay algo que ver y, sobre todo, degustar.