Si alguna vez te has preguntado qué es el freno de servicio de una moto, en este artículo te vamos a dar todas las claves sobre este término, y qué se tiene en cuenta durante la Inspección Técnica de Vehículos cuando lo revisan.
El freno de servicio forma parte del grupo de tres frenos que suelen tener los vehículos, el freno de mano, el freno de socorro y, este mismo. Este componente debe estar siempre en las mejores condiciones para poder salir a rodar con la mayor seguridad posible.
¿Qué frenos tiene una moto?
Como hemos comentado, los vehículos suelen tener freno de mano, de socorro y de servicio, esta es la clasificación que hace el código de circulación a los distintos frenos de coches, furgonetas y camiones.
En el caso de las motocicletas, estas solo cuentan con el freno delantero y trasero, que ambos están catalogados como freno de servicio, aunque hay algunas excepciones, sobre todo en motos de turismo muy pesadas, que sí cuentan con un freno de estacionamiento para que no se caigan al aparcarlas.
¿Qué es el freno de servicio?
El freno de servicio de una moto está compuesto tanto por el freno trasero como el delantero del vehículo y suele ser el único con el que cuentan, salvo excepciones.
En la mayoría de las motocicletas actuales, el freno de servicio se compone por un disco o un tambor en la rueda trasera que se activa por un sistema de pinzas de freno. Al accionar las pinzas, estas se cierran sobre el sistema de freno y generan fricción que acaba por detener la rueda y parar la moto.
Este mecanismo de frenado se revisa en la ITV para poder determinar el grado de desgaste que pueda tener. La velocidad a la que se desplace la moto, la manera general de conducir y las condiciones que se utilicen los frenos, son fundamentales para su conservación.
¿Cómo se revisa el freno de servicio en la ITV?
Una de las pruebas más importantes que realiza la ITV durante su revisión es la de los frenos de servicio. Para ello utiliza un aparato que se conoce como frenómetro, el cual está integrado por dos o cuatro placas que se colocan en el suelo y las ruedas de la moto deben ponerse sobre ellas para iniciar la medición.
Durante la prueba, la moto debe acelerar a una velocidad de entre 5 y 10 km/h estando sobre las placas del frenómetro. En esta máquina es dónde se comprobará que la fuerza de la frenada, el agarre de los neumáticos, el tiempo que se tarda el frenar y la simetría de los ejes de la motocicleta están en perfectas condiciones.
Cuando el técnico de la ITV indique, el conductor de la moto deberá accionar el freno de servicio, con el fin de verificar cómo frena el vehículo.
El resultado del examen le indicará de manera inmediata al técnico el estado real en el que se encuentra el freno de servicio. En caso de que los resultados de la prueba sean favorables, significa que el estado del freno de servicio es óptimo para continuar circulando por la ciudad.
Ahora bien, si el resultado es negativo, se recomienda revisar los frenos para determinar si uno o varios de los componentes están fallando. En este caso, el conductor debe dirigirse al taller autorizado o de su confianza para la inmediata reparación o sustitución de piezas de recambio y luego regresar a la sede donde será nuevamente sometido a ITV.
El freno de servicio es uno de los componentes de la moto más importantes y qué más seguridad aportan, por eso, durante la ITV hacen mucho hincapié en que esta prueba se supere sin problemas para dar un resultado favorable.