Las motos de la redacción

Muchas veces nos lo preguntáis en vuestras consultas o por la calle… ¿Qué moto tenemos los que «probamos todo el día motos»? Pues si tenías curiosidad, aquí tienes la respuesta.

Motociclismo. Fotos: Lluís Llurba

Las motos de la redacción
Las motos de la redacción

Moto actual: Yamaha T-Max 500 (2008)
Moto deseada: Ducati Multistrada 1200
Moto añorada: Yamaha SRX 600 (1986)

Mi moto actual es -como muchos saben, sobre todo los que leen nuestras revistas de scooter- el Yamaha T-Max. Es un modelo 2008 que compré seminuevo (apenas tenía 2.000 kilómetros) hace cuatro años y que ya cuenta 45.000 km en su marcador: aunque muchas veces voy y vengo en motos de pruebas, está claro que lo uso bastante, pero para eso vivo a casi 40 kilómetros de la redacción, lo que vienen siendo «20 minutos». Me he vuelto muy práctico y dudo mucho que lo cambiara por algo muy distinto, pero confieso que sí hay una moto que me hace mucho «tilín» por lo que me gusta cada vez que tengo oportunidad de probarla, y que además vi desmontada en una visita a nuestra sede en Alemania (justo acababan de hacerle 50.000 kilómetros) donde pude comprobar su excelente estado y fiabilidad. Es la Ducati Multistrada, una moto que además tiene «alma». En cuanto a qué moto echo más de menos, tampoco tengo que pensar mucho: la Yamaha SRX 600, aquella «café racer» con motor monocilíndrico trail de finales de los ochenta. Tuve una con la que pasé no pocas aventuras y acumulé un buen puñado de miles de kilómetros; de vez en cuando miro al vacío en mi garaje y pienso «aquí podría estar».

Moto actual: KTM 690 Enduro (2009)
Moto deseada: Honda CRF 450 Rally
Moto añorada: KTM EXC 200 (2002)

Conforme he ido sustituyendo mis excursiones de enduro por travesías más o menos largas, incluido algún que otro viaje a Marruecos, las cilindradas de mis motos han ido aumentando debido a las nuevas exigencias. De hecho, he pasado de mi querida y añorada Yamaha WR250F a una WR450F y de ahí a la KTM 690 Enduro casi sin darme cuenta. La KTM es una moto que me permite complicarme un poco la vida por los caminos, realizar viajes de fin de semana y apuntarme a una ruta de una semana por Marruecos sin tener que realizar más mantenimiento que montar unos neumáticos para cada uso. En mis sueños se encuentra la Honda CRF450 Rally, de la que me enamoré nada más verla, aunque reconozco que mucho más real y factible es por el momento la Yamaha con el kit Dakar diseñado por JVO Racing (y además, fabricado en España). En cuanto a la moto que echo de menos, tengo dudas entre la WR250F y la KTM 200, creo que las quiero por igual, aunque el 2T tira mucho.

Moto actual: Honda CBR600F (1990)
Moto deseada: Ducati Monster 796 ABS
Moto añorada: Yamaha RD 400 (1977)

Mi «Bebé» lo compré en diciembre de 1989, así que llevamos más de 22 años juntos. Con ella he vivido grandes aventuras, como pasar tres años en Alemania (con sus correspondientes inviernos). Una noche hicimos el siguiente viaje: Fráncfort-Múnich-Austria-Budapest. Lo de viajar de noche era para ahorrar una noche de hotel, camino del GP de Hungría, donde vi ganar a Eddie Lawson la carrera de 500 a lomos de la Cagiva en 1992. Hace unos años Ralf Saura me la restauró entera y en estos momentos vuelve a necesitar algunos cuidados. Salvo una bombilla del cuadro, todas las demás siguen siendo las de origen y la primera batería me duró ocho años. Esta moto es parte de mi vida y, no teniendo hijos, espero que alguno de mis sobrinos herede la afición. Así me moriría en paz sabiendo que mi «Bebé» se queda en un buen hogar. Echo de menos mi «caballo de la muerte», la Yamaha RD 400, que con 18 compré nueva (y pagué a plazos) en Canarias por 150.000 ptas. Tenía la RD mientras estudiaba en Madrid y llegué a pasar cuatro días de barco (Cádiz-Canarias-Cádiz) para no separarme de ella en Navidades. En la actualidad también tengo una Vespa ET4 150 del año 2000, pero eso es otra historia.

Moto actual: Peugeot LXR 125 (2010)
Moto deseada: Suzuki GS 500
Moto añorada: -

Escribo estas líneas como un auténtico novato en el mundo de las motos pero esperando pronto cambiar de montura. No tengo un modelo concreto deseado, aunque siempre me han gustado las naked principalmente, como por ejemplo la Suzuki GS 500 o la Bandit. Debo decir que también me atrae el sector trail, donde la BMW G 650 GS o una buena KTM harían que viera cumplidos mis motorizados deseos. Mientras tanto me conformo con mi ágil y rápido scooter que me hace grandes servicios, principalmente en ciudad, y que en su día fue el sustituto de mi viejo y nada añorado coche. Un cambio del que no me arrepiento lo más mínimo. Lo mejor para circular por una ciudad como Madrid, sobre todo si vives en el centro. Todavía recuerdo con pena cuando, de adolescente, estuve a punto de conseguir mi primer ciclomotor (un vespino de segunda mano) y mi madre cambió de idea a último momento después de una charla con una amiga que trabajaba de médico en un hospital. En fin, nunca es tarde si la dicha es buena...

Moto actual: Suzuki V-Strom 650 ABS (2007)
Moto deseada: KTM 990 SMT
Moto añorada: Suzuki DR 50

Compré la V-Strom de segunda mano a mi «colega» Josechu; y lo mejor que puedo decir es que está cumpliendo de sobra con las expectativas. Soy más de trail que de naked, deportivas o custom, lo siento. Antes de tenerla en mi garaje ya había probado unas cuantas V-Strom que habían pasado por la redacción y conocía sus virtudes, principalmente su confort en marcha para piloto y pasajero (si yo estoy encantado, preguntad a mi novia). La utilizo todo el año, y entre los 40 km que hago a diario entre Pinto-Madrid-Pinto y las escapadas de fin de semana, estoy en torno a los 15.000 km anuales. Aunque al principio era poco receptivo al baúl trasero, entre semana no lo quito. Me quedo con su utilidad a pesar de mi estética de «mensaka». Hay unas cuantas motos que me hacen tilín entre las trail: Triumph Tiger, Moto Guzzi Stelvio, BMW F 800 GS… Pero me quedo con la KTM 990 SMT, una moto con una personalidad brutal. Mirando al pasado, la moto con la que más me he divertido fue mi primer ciclomotor (Suzuki DR 50) y sobre todo con las locuras de adolescencia que viví con él.

Moto actual: Honda CBR1100XX (Inyección, 1999)
Moto deseada: Honda CBR1100XX (2014…)
Moto añorada: Laverda 750 y Laverda 1000 Motoplast, mis primeras motos grandes.

Durante muchos años he probado cientos de motos para Motociclismo, las quise todas, o casi todas. Algunas me entusiasmaron, otras simplemente me gustaron, pocas me disgustaron, pero de ninguna me enamoré, hasta que surgió el flechazo. La moto que siempre había soñado, «mi moto» existía y acababa de probarla por carreteras del sur de Francia y en el circuito de Paul Ricard, a 290 km/h en la recta Mistral. Aquel día el Project Leader de la XX, un japonés de Honda, sentado a mi lado en la comida de bienvenida, me decía: «Con el paso del tiempo habrá motos más rápidas que esta XX Blackbird, pero no serán mejores ni tan completas». Sus palabras sonaban a típico orgullo de padre con su nueva criatura, pero no era solo por eso, estaba convencido y el tiempo le ha dado la razón. La CBR1100XX , el «mirlo» -como la llama mi amigo Ilde- ha sido y sigue siendo mi  moto perfecta y tanto es así que en 14 años he sido incapaz de encontrar otra que se adapte tan rigurosamente a lo que me gusta, para ciudad o carretera, autopista o montaña, solo o acompañado, todo me gusta con esta moto que funciona con una precisión y suavidad exquisita y que es fiable como la nevera de mi casa. Jamás ha tenido una sola avería en 14 años, ni he sustituido más piezas que pastillas de freno y kit de transmisión. Y va exactamente igual que el primer día, con la única mejora de un amortiguador trasero Ohlins. Tal vez haya algún día sitio para otra moto en mi vida, pero la XX se quedará ya conmigo para siempre.

Moto actual: Triumph Thunderbird del 99.
Moto deseada: Triumph Thunderbird del 99. Ah, no. Si ya tengo una.
Moto añorada: Triumph Thunderbird del 99, en cuanto paso dos días sin cogerla.

Me llena de orgullo y satisfacción poder afirmar que soy el feliz propietario de la preciosidad que podéis admirar en la foto (junto al melenudo). Con casi 70.000 km, me acompaña a diario desde que la adquirí de segunda mano, y se sigue comportando de maravilla. El color original me parecía demasiado formal, así que decidí pintarla en verde mate con las llantas y radios negros, y ya de paso le modifiqué el asiento (comodísimo gel); el resto es de serie. Con solo estas modificaciones os aseguro que no la cambiaría por ninguna otra. Es una moto que no entiende de modas pasajeras, con una mecánica simple pero eficaz, y que cada vez que contemplo, o me siento a sus mandos, me dibuja una sonrisa en la cara. Quizá parezca pretencioso afirmar que tengo la mejor moto que podría tener pero, ¡qué coño! Si eso es lo que siento, mejor para mí y que se mueran los feos.

Moto actual: Honda XRV 750 Africa Twin 1991
Moto deseada: Harley Davidson Road King
Moto añorada: Montesa Cota 200

Moverte con una moto de más de 20 años creo que dice mucho de las personas, o bien porque no tienen dinero para comprarse otra o bien porque se enamoraron de la máquina. A mí me pasó lo segundo (bueno también lo primero). En el año 91 los que veníamos de la moto de campo vimos en el trail nuestra “salida natural”. Tras probar con una Gilera RC 600, el paso lógico era una de mas maxis de la época, BMW GS, Yamaha Supertenere, Suzuki DR 800 Big o mi querida Africa Twin. Ahora es una moto con estilo, sobre todo si la tienes cuidada como yo.  Esta moto tiene alma. Como mi moto soñada, una de las joyas de Milwaukee, quizás la más equilibrada, la Harley Davidson Road King, una máquina que tantas satisfacciones te puede dar conduciéndola como disfrutándola en el garaje, escuchando el sonido del escape mientras se enfría. Con las dos podría viajar hasta el fin del mundo y seguro que no me cansaría de conducirlas. ¿Cuál hubiera conservado? Pues la primera «seria», mi Cota 80, con motor de 200.

Moto actual: Honda CBF 600 S C-ABS
Moto deseada: Triumph Tiger 1050 SE
Moto añorada: Suzuki V-Strom 650 ABS

Las motos son mi debilidad, me gusta cambiar de moto de vez en cuando. Si fuera rico, se me iría el dinero en viajes y en motos. Después de varios 50 y 125 cc, mi primera moto de cierta envergadura fue un Burgman 400, con el que llegué a irme varios fines de semana desde Madrid a Valencia, mi ciudad natal. Echo de menos su enorme hueco y la protección de su carrocería. Cuando la cambié por la V-Strom lo hice con toda la ilusión, pero llegó en el momento inapropiado. No la disfruté como se merecía por motivos personales y reconozco que me gustaría que volviera a pasar por mis manos. Al final acabé volviendo al scooter con un Peugeot Geópolis 300, que me dio muchas satisfacciones en el día a día por su facilidad de conducción y su motor, que es un mechero. Después llegó mi actual CBF 600 S, mi fiel «negrita», que ya sí he podido disfrutar a tope: Tanto para ir a trabajar a diario como saliendo de fin de semana con los amigo. Cuanto te subes a ella, parece tu moto de toda la vida.

Moto actual: Suzuki V-Strom 650
Moto deseada: Vespa 200 (1980)
Moto añorada: -

Tengo  una Suzuki V-Strom 650, modelo K7 desde hace tres años. Pensé que el concepto trail era el más adecuado para mi altura y mi utilidad. Vengo con ella todos los días a trabajar, y también la uso algunos fines de semana para hacer alguna ruta. Verdaderamente la utilizo menos de lo que me gustaría. De esta moto destacaría, su comodidad, su gran cúpula (comparadas con las de su segmento), su buena autonomía, la polivalencia y su reducido coste de mantenimiento (0 averías). La próxima moto que me compre será una Vespa 200 de 1980 (mi fecha de nacimiento, es un capricho para venir a trabajar y moverme por Madrid). Por supuesto, me quedaré también con mi Suzuki.

Moto actual: Vespa LX 125
Moto deseada: Vespa 946
Moto añorada: -

Cuando vivía con mis padres ni se me hubiese pasado por la imaginación decir que quería una moto. No estaban muy bien vistas en casa. Y como siempre he sido un niño muy bueno (aunque alguien/mi madre piense lo contrario), para no crear el conflicto en casa, simplemente nunca me interesé por ellas. Pero después de siete años trabajando en MOTOCICLISMO, con los cuarenta a la vuelta de la esquina, padre de familia y, aunque sin haberme subido en la vida en una moto y con mi carné de coche, me decidí a ponerme el casco. Elegir la marca fue lo más fácil: Vespa o Vespa. Al modelo tampoco hubo que darle muchas vueltas, acababan de sacar la LX 125. Un par de llamadas, un mes de espera a que me la trajesen de Italia, el casco conmemorativo del número 2.000 y... ¿Cómo narices se conduce esto? Han pasado más de seis años y no he dejado de venir a trabajar con ella un solo día, con lluvia, nieve, sol, viento...

Moto actual: Yamaha YZF-R1
Moto deseada: Yamaha RD350
Moto añorada: Ninguna

Bueno, en realidad ya no uso mi moto actual, así que mi R1 de primera generación es «semiactual», la jubilé el año pasado, aunque sigue conmigo. Le hice una preparación de motor con el kit del Mundial de Resistencia, todo un error. El motor es muy brusco, hace un ruido terrible, los carburadores con bombas no tienen estárter y campanillean, no tiene filtro, pero la caja con airbox es más grande y el depósito está levantado. Me gasté una fortuna para convertirla en un problema porque además no pasa la ITV ni por asomo. Con lo poco que la usaba, el seguro, los impuestos y lo que tragaba de gasolina, me salía por casi 60 euros arrancarla. Cuando no tenía ni edad ni carné soñaba con la Kawasaki H2 Mach IV, una tricilíndrica de 750 cc que era una pasada cuando en España solo había monocilíndricas, pero mientras usaba mi Montesa Crono 350 soñaba con cambiarla por una RD, que era «lo mismo», pero mucho mejor. Afortunadamente nunca he vendido una moto, bueno sí, una Suzuki GSX-R1000, pero la compré y jamás la use, ni la llegué a arrancar, así que tengo en mi poder todavía intactos todos mis recuerdos.

Moto actual: Honda CB1300
Moto deseada: Una 250 de GP
Moto añorada: Yamaha YZ250F 2006 SMT

Actualmente comparto una maravillosa CB1300 con mi hermano mayor. Me la vendió Víctor Gancedo en un momento de enajenación y sé que se arrepiente, pero... También sé que es una moto poco lógica, pero fue la primera presentación a la que fui, por lo que para mí es especial y la espero mantener siempre. Me arrepiento de no haber conservado la Yamaha YZ250F subcampeona de España de supermotard de 2006 que le compré a Jordi Poveda, pero tuve que hacerlo para cambiársela a él mismo por la 450 que ahora tengo, ya que nadie corría con 250. ¡Cómo iba esa moto! Del resto de las que he vendido no me arrepiento y, de todas, quizá de la que mejor recuerdo guardo es de la TZR 80 que aún tengo en el garaje pendiente de dejarla original para la posteridad. Ahora mismo la moto que me gustaría tener es sin duda una 250 de GP para usarla solo en ocasiones especiales.

Moto actual: Honda NX650 Dominator 1990 y dos Gas Gas de trial
Moto deseada: Triumph Speed Triple R (y la Suzuki Hayabusa para disfrutarla días sueltos...).
Moto añorada: La que más he disfrutado fue la Yamaha XT600 de 1989. También recuerdo con tristeza el día que vendí la bonita Honda CB1300 de 2005 con una preparación muy especial.

Desde hace más de 20 años, prácticamente a diario utilizo motos de pruebas de toda índole, pero además siempre he tenido moto propia, e incluso varias al mismo tiempo. Sin embargo, la vida va avanzando y cada vez tengo más gastos fijos, por lo que ahora mismo dispongo de una «económica» Honda Dominator de 1990 con solo 5.000 km ¡reales! La utilizo una o dos veces al mes y siempre arranca a la primera, pago poco impuesto y seguro, y su mantenimiento es también contenido, así que es perfecta para mi momento actual y para el tipo de uso que le doy. Además, le he instalado un baúl, algo que me facilita ir a la compra, hacer recados por Madrid, etc. Me vale para todo, hasta me la llevo de veraneo en un remolque para no dejar de montar en moto en mis vacaciones por la Cordillera Cantábrica.

Moto actual: BMW S1000RR 2010
Moto deseada: BMW HP4 2013
Moto añorada: Yamaha YZF 750 R 1992

A los pocos meses de cumplir los 18 años, tuve la fortuna de hacerme con una Yamaha YZF 750 R, una moto con la que disfruté en carretera como con ninguna otra. Con ella aprendí a domar un buen puñado de caballos y hasta rodé en circuito gracias al concurso «La moto del año» organizado por Motociclismo. En aquellos tiempos, en los que los radares eran un caso anecdótico, disfruté de mil aventuras, muchas acompañado por nuestro malogrado compañero y amigo Carlos de la Fuente, que a lomos de su Kawasaki ZXR750R 92 era un duro rival en la sierra madrileña... De ahí que sea la moto que más me apetecería recuperar de todas las que tuve, y de las que guardo grandísimos recuerdos. Actualmente desato mi instinto de piloto veterano sobre una BMW S 1000 RR 2010, de las primeras unidades, sin control de tracción para deleite de los detractores de la bendita electrónica... Y es por ello que, después de haberla probado en numerosas ocasiones, la moto más deseada por un servidor es la nueva BMW HP4. Una moto 10 con la que sentirte a medio camino entre el cielo y la tierra. Para mí, la mejor y más eficaz superbike de calle de la historia.

Moto actual: Suzuki GSR 600
Moto deseada: Yamaha FJR1300.
Moto añorada: Puch Minicross.

La GSR es la primera moto de asfalto que tengo. Hasta ese momento solo había tenido motos de campo, de todo tipo (trial, trail, enduro e incluso de motocross). Algunas aun las conservo, sobre todo las últimas con las que me «arrastraba» en las carreras de Enduro. La última adquisición de este tipo, fue una KTM 125 EXC que me ha devuelto la ilusión de disfrutar de las excursiones, poco peso y motor puntiagudo. Acabo de llegar de una comparativa de GTs y tengo claro que una de ellas sería mi deseada. Quedan tan cercanos los horizontes con ellas. Aunque lo más probable es que la próxima, más bien futura y lejana, sea una naked de 1000 (estética y poderío mandan). Además, al ser descubierta te embalas menos ¿no? Lo que añoro es aquella época de la Minicross. Con ella aprendí todo lo poco que sé, subir piedras, saltar, tumbar -y con ruedas de tacos ¿que si tocaba con la rodilla? y con el hombro, un poco Mercromina y a seguir veraneando-, a repararla y sobre todo a disfrutar de la vida en equilibrio.

Moto actual: Triumph Street Triple R
Moto deseada: -
Moto añorada: -

Afortunadamente, en estos momentos, tengo una Triumph Street Triple R. Creo que es la moto ideal para el uso y lo que espero de una moto, por sensaciones, versatilidad, y economía. Es completa en todos los sentidos, chasis, frenos, suspensiones, ligereza. Me permite ir al trabajo todos los días, hacerme unas curvas un fin de semana, e incluso meterme en circuito ocasionalmente. El único pero que la encuentro es la escasa protección aerodinámica, a la hora de meterme en viajes largos en autopista, pero ya casi no lo hago, así que no me supone un problema en estos momentos. Tengo la moto que quiero, y no deseo ninguna otra, para mi gusto es la moto ideal, aunque esto es muy personal. No me acuerdo en absoluto de mi querida VFR del 89, que me dio muchas satisfacciones durante 140.000 Km, pero no es comparable con el nivel de satisfacción que encuentro cuando rosco el puño de la Street, aunque me gustaría tener un garaje grande y conservarla aunque fuera solo para mirarla, ya que es una moto mítica.

Moto actual: Honda CR250R (1999)
Moto deseada: Ducati Panigale 1199 S
Moto añorada: Derbi Savannah 50/Honda NSR 80

Por el año 1988 mi padre me compró mi primera moto (ciclomotor) y era de campo, la Derbi Savannah que al poco tiempo quedó mi hermano y me pasé definitivamente a la carretera con la Honda NSR 80. Con los años, tuve que venderla para poder comprarme mi primer coche. Pero las ganas de seguir montando hicieron que me pudiese comprar (de segunda mano) una CR250R de 1999, de las primeras con chasis doble viga. Es una moto que estando bien a punto y carburada es brusca y rabiosa. Transmite desenfreno y un brío impresionante. Ligera y ágil con olor a ricino. A día de hoy la moto está aparcada durante casi todo el año en un pueblo muy pequeño de Sanabria -Doney- donde me espera para, en vacaciones o puentes (aquí en Madrid es casi imposible poderla usar), poder cogerla. Pero desde hace unos años con la Ley de montes y los incendios veraniegos hacen que su uso esté todavía más restringido… Echo de menos la Honda NSR que fue la primera «gran» moto que me permitió salir de mi pueblo, Algete. Recuerdo con nostalgia todos esos «piques» con mis amigos o las pequeñas salidas que hacíamos.

Moto actual: Honda CBR900RR
Moto deseada: Honda CBR600F del 91
Moto añorada: Yamaha FZR1000

Tener una CBR900RR era uno de mis sueños. Gracias a O2 Honda, me he hecho con los servicios de esta preciosa unidad equipada con Ohlins. Una moto que considero imprescindible tras disfrutar, durante mi juventud, de una preciosa FZR1000 92. También suspiraba en mi época de estudiante de periodismo con una VFR del 90, que ahora también está en casa junto con una BMW K 100 RS 16V, una Hornet 2006 (la más atractiva de la saga), una CBR600RR «Isla de Man Réplica», un Burgman 200 y mi primer amor, una OSSA Copa 250 del 84 que comparte espacio con la primera Superpioneer 250 de amortiguadores inclinados. Digan lo que digan y emisiones aparte, los motores 2T tienen un embrujo del que me gustaría seguir disfrutando por muchos años. Además, a mi padre le encanta recordar su época de mecánico de OSSA desmontando y montando el motor para cambiar la biela… ¡Qué malas eran! Lástima que no encuentre las piezas que me faltan para dejarla completamente de serie. ¿Se convertirá en realidad este sueño algún día?

Moto actual: Triumph Bonneville
Moto deseada: Triumph TR6
Moto añorada: Kawasaki GPZ 500

A medida que van pasando los años mis gustos anhelan lo retro. Al principio, y tras dejar atrás los ciclomotores, me seducían las deportivas. Siempre quise una CBR600, una moto que te encumbraba a mediados de los 90, pero mi escueta economía hizo que me declinara por una práctica GPZ 500. Tras vender mi «Kawa», fui en busca de lo práctico. Pasé bastantes años moviéndome con scooter 125 cc, más concretamente con un Honda Lead y un KYMCO Agility, hasta que, por fin, tiré la casa por la ventana y fui a por la deseada Bonneville. Poco me importaba su potencia, aerodinámica, funcionalidad... ¡Yo quería esa moto a toda costa! Debido a que soy muy cinéfilo, mi pasión por ella nació al ver a Steve McQueen en la famosa película «La gran evasión», por lo que no me importaría en absoluto tener también en mi garaje la TR6, Triumph con la que el capitán Virgil Hilts emprendió la huida.

Moto actual: Yamaha T-Max 500 (2006)
Moto deseada: Ducati Desmosedici RR
Moto añorada: Kawasaki ZX10 Tom Cat (1989)

Lo primero es que no considero mi T-Max una moto, es un scooter que corre y que aguanta lo bastante para moverme cómodamente por Madrid. Lo mejor que tiene es el hueco bajo el asiento y, en mi caso, no es pequeño, porque solo lo uso para dejar el casco cuando voy al fútbol. Quitando esa excepción, el hueco, es eso, un hueco para llevar cosas como el portátil, la mochila y hasta alguna pequeña compra… Con los años le he ido haciendo algunas cosillas: variador, discos lobulados, pintura... Tiene casi siete años, pero con 30.000 kilómetros sigue yendo igual de bien que el primer día. Mi moto deseada desde la primera vez que la vi es la Ducati Desmosedici RR, es simplemente espectacular y es lo más parecido a una MotoGP para ir por la calle. Aunque también me conformaba con una BMW S 1000 RR HP4… Y la que echo de menos es mi Tom Cat. Fue mi primera moto gorda cuando me saqué el carné y a principios de los 90 sin radares, era una pasada lo que corría.

Moto actual: Honda CBR600RR y Honda CBR900RR
Moto deseada: Honda RC-45
Moto añorada: -

Ahora mismo tengo en el garaje dos motos con mucho significado, que son la undécima y la duodécima de las que han pasado por mis manos. La primera es la Honda CBR600RR con la que corrí en el TT de la Isla de Man, además de todas las carreras en carretera en las que tomamos parte Pepe y un servidor en «el año que corrimos peligrosamente». Es una moto que me trae muchos recuerdos, por esos dos años salvajes en las carreteras del Reino Unido, y me la imagino con su imagen clásica siendo todavía más clásica dentro de unos años... Así que después del Tourist Trophy de 2008 no pude deshacerme de ella, aunque tuve que devolver el motor preparado por Joe Darcey... La segunda es la que deseaba cuando era un adolescente, lo fui hasta tarde, la primera CBR900RR, la de 1992. Cuando probé la versión 20 Aniversario, el año pasado, pensé: por qué no me hago con la primera, que tanto me gustaba de chaval... Y al final fue el regalo de pedida de mi mujer.